La cuenta sumergida de la Alhambra causa conflictos entre administrativos

El descubrimiento de 20 millones de pesetas en metálico con destino a una cuenta sin fiscalizar a nombre del servicio de publicaciones del Patronato de la Alhambra ha dado lugar a un enfrentamiento entre la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía y su delegado en Granada, Gabriel Molina.

El delegado en Granada, Gabriel Molina fue quien llamó a los medios de comunicación para que estuvieran presentes en la apertura del archivador que contenía el dinero, ya que ninguno de los cinco notarios llamados en principio estaban disponibles incluido el de guardia, Antonio Alba.La Consejería...

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El descubrimiento de 20 millones de pesetas en metálico con destino a una cuenta sin fiscalizar a nombre del servicio de publicaciones del Patronato de la Alhambra ha dado lugar a un enfrentamiento entre la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía y su delegado en Granada, Gabriel Molina.

El delegado en Granada, Gabriel Molina fue quien llamó a los medios de comunicación para que estuvieran presentes en la apertura del archivador que contenía el dinero, ya que ninguno de los cinco notarios llamados en principio estaban disponibles incluido el de guardia, Antonio Alba.La Consejería de Cultura -que conocía la existencia de la cuenta sumergida desde hace dos meses- pretendía llevar con la mayor cautela el asunto; incluso el consejero tenía previsto celebrar el sábado próximo una entrevista con el presidente del extinto patronato, Antonio Gallego Morell.

La existencia de la cuenta no reconocida presupuestariamente se remonta a 1963. En los primeros años de posguerra, los trabajadores de la Alhambra y el Generalife comenzaron a recibir extras, primero en especie y, desde 1953, en dinero. Los iniciales kilos de lentejas y garbanzos -conseguidos a través de estraperlo- se convirtieron en dinero. Desde los años sesenta, coincidiendo con el auge del turismo, la suma fue abultándose hasta llegar a las 50.000 pesetas bimensuales.

También los ingresos del servicio de publicaciones pasaron de 16 pesetas al día en 1953 a un millón diario el pasado año. Un par de días antes del descubrimiento de los 20 millones, representantes de los trabajadores se entrevistaron con Gabriel Molina para buscar una fórmula legal que les posibilitara seguir cobrando el sobresueldo.

Para ello le propusieron la creación de una sociedad anónima laboral que gestionara autónomamente los quioscos y tiendas de objetos turísticos, de donde procedía el dinero de la cuenta sumergida.

A pesar de los compromisos contraídos en principio, el viceconsejero de Cultura andaluz afirmó que no tenía conocimiento de tales devengos extraordinarios y que, por tanto, hasta la normalización económica del patronato continuaría bloqueada la cuenta.

La intención de la Junta de Andalucía es normalizar, a partir del otoño-próximo, la situación del recinto alhambreño, tanto en lo económico como en lo patrimonial. A partir de septiembre, el Gobierno andaluz deberá aprobar el nuevo organigrama que regirá el patronato.

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