Crítica:

Hipnóticas imágenes

El elemento del crimen.Director: Lars von Trier. Guión: Lars von Trier y Niels Vorsell. Fotografía: Tom Ellind. Música: Bo Holten. Intérpretes: Michael Elphick, Elmond Knight, Me Me Lei, Jerol Wells, Ahmed, El Shanawi.

Cine negro. Danesa, 1984.

Local de estreno: Alphaville.

No bastaría con reseñar la peripecia argumental de El elemento del crimen para aproximarse ni siquiera brevemente a imaginar la película. Una historia de género negro con absurdos crímenes; un investigador en busca del culpable; su encuentro con diversos personajes y, quizá, una soluci...

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El elemento del crimen.Director: Lars von Trier. Guión: Lars von Trier y Niels Vorsell. Fotografía: Tom Ellind. Música: Bo Holten. Intérpretes: Michael Elphick, Elmond Knight, Me Me Lei, Jerol Wells, Ahmed, El Shanawi.

Cine negro. Danesa, 1984.

Local de estreno: Alphaville.

No bastaría con reseñar la peripecia argumental de El elemento del crimen para aproximarse ni siquiera brevemente a imaginar la película. Una historia de género negro con absurdos crímenes; un investigador en busca del culpable; su encuentro con diversos personajes y, quizá, una solución al enigma... Pero El elemento del crimen es, a pesar de su esquema, algo bien distinto. Es un filme de imágenes. De fascinantes y sorprendentes imágenes que conforman un clima misterioso capaz de mantener pendiente al espectador sin pestañeo alguno. Cada plano es distinto; cada momento, original.

Puede que el barroquismo de Lars von Trier parezca en ocasiones algo rebuscado y que su inquieta imaginación visual aturda a quien sólo consume imágenes tradicionales. No obstante, será difícil que, al menos en la primera parte, no se deje cautivar por ese insólito tono amarillento de las imágenes, los raros puntos de luz que lo interrumpen y el hálito mágico de todos sus momentos.

Detective hipnotizado

Esa Europa derruida y negra en que el filme cobra vida no es sólo producto de la imaginación del detective, sometido a hipnosis para recordar su paso por el continente. Según el director, "estaría bien que Europa se hundiera", un deseo que no justifica pero que le permite soñar con la sordidez de una erosión implacable que ha transformado los decorados suntuosos de leyendas europeas en habitáculos de ratas y suciedad. Forma parte ese reflejo de sus ensueños de la atrayente originalidad del filme.

Lars von Trier es un danés de 28 años que con El elemento del crimen ha realizado su primer largometraje. Por su madurez no lo parece, salvo, quizá, por el exceso de ángulos extraños, ese punto de pedantería que, en ocasiones, corre el riesgo de ser irritante.

Aunque El elemento del crimen fuera doblemente premiada en el festival de Cannes, forma parte ,de esa larga serie de títulos que rara vez logran distribución en España. Fuera de norma, son películas que se suelen escamotear al espectador en nuestro país. El elemento del crimen rompe tal costumbre y es por ello de agradecer que, aun con un año de retraso, tengamos la oportunidad de discutirlo.

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