Los fabricantes de armas europeos relacionan el futuro de la OTAN con la colaboración transatlántica

La decisión de la OTAN de desarrollar 11 programas de avanzada tecnología ha hecho renacer entre los fabricantes europeos de armamento la esperanza de reducir el desequilibrio que afecta al flujo armamentístico entre ambas orillas del Atlántico. "Los fabricantes europeos pensamos que es absolutamente necesaria esta colaboración para la continuidad de la propia Alianza", dice Joop, W. Wevers, director general de marketing de la firma holandesa Signal

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La decisión de la OTAN de desarrollar 11 programas de avanzada tecnología ha hecho renacer entre los fabricantes europeos de armamento la esperanza de reducir el desequilibrio que afecta al flujo armamentístico entre ambas orillas del Atlántico. "Los fabricantes europeos pensamos que es absolutamente necesaria esta colaboración para la continuidad de la propia Alianza", dice Joop, W. Wevers, director general de marketing de la firma holandesa Signal

.Fabricantes y políticos europeos están haciendo los máximos esfuerzos para reducir el desequilibrio que afecta a la balanza comercial en el campo armamentista entre Europa y EE UU. Tanto el Grupo Europeo Independiente de Programas (organización a la que pertenecen todos los países de la OTAN excepto Islandia) como la relanzada Unión Europea Occidental pretenden hacer llegar la voz de los aliados a Washington con el propósito de reducir la dependencia europea de los sistemas (le armamentos norteamericanos.

"Al comienzo de la OTAN casi todo el armamento procedía de Estados Unidos. Ahora la industria europea está muy desarrollada y, además, hay paro, con lo que potenciar la fabricación de sistemas en Europa sería una buena contribución a la Alianza", señala Joop W. Wevers, directivo de Signal, filial de Philips.

"La cooperación trasatlántica es técnica, pero hasta ahora no se ha conseguido una penetración en 4-1 mercado, a pesar de las declaraciones oficiales", añade antes de recordar que lo que hay que hacer es establecer la llamada calle de doble sentido, imagen que sirve para reflejar la necesidad de que el flujo comercial armamentista deje (le atravesar el Atlántico sólo de EE UU a Europa.

Las declaraciones oficiales, des(le luego, no se corresponden con la realidad que denuncian los fabricantes europeos. "La OTAN no es sólo estrategia en el campo militar, sino en el económico", dice el embajador norteamericano ante la OTAN, David Abshire. "Debe establecerse una más estrecha relación entre las diferentes partes de la OTAN, una mayor cooperación armamentista. La política económica y militar pueden ir muy próximas", agrega.

Otros responsables norteamericanos atribuyen el desequilibrio que los europeos tratan desesperadamente de salvar a "la diferencia tan tremenda que hay en las inversiones que realiza EE UU y las de .los europeos. Nosotros invertimos 3iete veces más que todos los restantes juntos", dice uno de ellos.

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Americanizar los estándares

Los europeos atribuyen el desequilibrio a una deliberada voluntad norteamericana por impedir un desarrollo de una industria fuerte y competitiva o de potenciar la propia industria estadounidense. "Desde EE UU siempre ponen como condición la americanización de los estándares", se quejan.

"Sornos conscientes de que los europeos quieren salvar el desequilibrio", reconoce un alto funcionario del Pentágono que no quiere que se dé su nombre, "pero EE UU gasta anualmente miles de millones de dólares en Europa".

Los fabricantes norteamericanos eluden pronunciarse sobre los aspectos políticos de la disputa y declaran que "hernos aprendido a escuchar" las quejas europeas, como manifiesta un portavoz de la división militar de Westinghouse, sección que supone el 15% de las ventas de la firma. Esta empresa que coproduce los radar de los aviones espía AWACS y particip en otros sistemas del caza F- 16, se defiende de las críticas europeas detallando una relación de países europeos relacionados con ambos proyectos.

Otro de los problemas que se presentan en relación con los 11 proyectos de tecnología de punta que desarrolla la Alianza es el de la transferencia de tecnología. Caspar Weinberger, secretario norteamericano de Defensa, afirma que el presupuesto de su departamento "es considerablemente mayor de lo que debiera ser, debido a los logros que han obtenido los soviéticos" gracias a las fugas de tecnología avanzada occidental.

En la actualidad se trabaja en un programa de microchips de alta velocidad que se espera poder instalar en una amplia gama de armamentos de primera línea en la próxima década.

En el programa se han gastado más de 500 millones de dólares (unos 85.000 millones de pesetas) y estamos seguros de que si evitamos su fuga, los soviéticos no podrán desarrollar tal sistema", señala un funcionario encargado del seguimiento del programa.

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