LA LIDIA

Tomás Campuzano coleccionó orejas

ENVIADO ESPECIAL, Bien presentados salían los toros lidiados ayer en Zaragoza. Eran astifinos, algunos lucían trapío y otro como el quinto se le veía cuajado. Por contra, el cuarto tenía pinta de mulo y sin embargo fue el que demostró tener mejor embestida para la muleta, y así loentendió un Raúl Aranda que tiró de franela, ante su lote, con decisión, entrega y sabiendo dar distancias. En todos los astados fue norma la condición de mansos y broncos y tampoco escaseó la falta de fuerza como se evidenció en el lote que le correspondió a Roberto Domínguez. Tambiénse midió con cautela el terc...

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ENVIADO ESPECIAL, Bien presentados salían los toros lidiados ayer en Zaragoza. Eran astifinos, algunos lucían trapío y otro como el quinto se le veía cuajado. Por contra, el cuarto tenía pinta de mulo y sin embargo fue el que demostró tener mejor embestida para la muleta, y así loentendió un Raúl Aranda que tiró de franela, ante su lote, con decisión, entrega y sabiendo dar distancias. En todos los astados fue norma la condición de mansos y broncos y tampoco escaseó la falta de fuerza como se evidenció en el lote que le correspondió a Roberto Domínguez. Tambiénse midió con cautela el tercio de varas y tras un simple picotazo por toro, se iban orondos los del castoreño, bajo el clamor popular que aplaudía su falta de trabajo.

Plaza de Zaragoza

8 de octubre. Segunda corrida de la Feria del Pilar. Tres cuartos de entrada.Cuatro toros de Félix Cameno y dos de Juan Pedro Domecq, lidiados en tercero y quinto lugar. Todos ellos bien presentados y broncos y mansos. Raúl Aranda (oreja y saludos tercio). Roberto Domínguez (silencio y una oreja). Tomás Campuzano (dos orejas y una oreja).

Un manso de solemnidad le tocó de salida a Raúl Aranda. Le punteó el capote de continuo y así le llegó a la muleta en donde el torero, ahí, mandó. Aranda aprovechó la embestida del cuarto que tras el tercio de banderillas, se vino arriba. Bien le embarcó el torero y templando con la derecha logró una meritoria faena cuando con dos naturales y un impecable pase de pecho.

Mal lote tuvo Roberto Domínguez, pero tampoco él supo dar distancias a su primero, al que con una faena encimista, de mano izquierda, ahogaba constantemente al astado. Su segundo que iba rebrincado al capote llegó derrengado a la muleta y la embestida más que corta era imaginativa.

El coleccionista de orejas fue Tomás Campuzano. Con más emoción que técnica toreó de capa a su primero. Le mimó en varas y luego Eustaquio Sánchez clavó un par de banderillas de categoría. Complaciente con el público, entregado a él, estaría con el que cerraba plaza.

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