Crísis en el Consejo de Administración de la Caixa de Catalunya

Una profunda crisis se abrió en la noche del martes en el Consejo de Administración de la Caixa de Catalunya, cuando un grupo de vocales adoptó el acuerdo de cesar al presidente, Josep Lluís Sureda, tras haberse levantado la sesión. La entidad ocupa el tercer puesto entre las cajas de ahorro catalanas y el séptimo en el conjunto español, con unos depósitos de 250.000 millones de pesetas.El conflicto, que divide prácticamente por mitades al consejo, tiene una connotación política: el catedrático de Hacienda Josep Lluís Sureda accedió al consejo de la citada caja en representación de la Diputación de Barcelona, institución fundadora y tutelar de esta institución de ahorro, con mayoría socialista. Sureda ostentó hasta finales de julio una frágil mayoría, que en los peores casos era de 10 vocales contra otros 10, siendo su voto dirimente. Al producirse entonces la renovación de cuatro cargos (ver EL PAÍS del 28-VII), se originó un giro a la derecha en la composición del consejo. Accedieron al organismo, entre otros, el antiguo catedrático de la Escuela de Mercantiles José María Berini, de ideología marcadamente conservadora, y cuya cátedra fue ocupada en 1968 por los estudiantes.

Con esta renovación de cargos, cuyas candidaturas fueron preparadas desde la dirección general de la entidad, encabezada por Joan Bilbao, según indican fuentes solventes, el equilibrio matemático (10-10) se decantó en contra de la presidencia de Sureda (11-9). Los dos grupos del consejo están compuestos por los vocales representativos de la Diputacióny uno de los que representan al personal de un lado; y por otro, de los representativos de los impositores, varios de ellos políticamente cercanos a AP, así como otros representantes del personal, miembros del Sindicat de Quadres, organismo sindical vinculado a Convergència Democràtica. Al aspecto político del tema se le superpone la cuestión personal. "Sureda quería jercer como presidente", indican fuentes de la entidad, "lo que se le obstaculizaba desde la dirección general, a la que el presidente quería hacer más transparente".

El estallido

Esta situación estalló el martes, cuando el grupo ¿te consejeros contrario a Josep Lluís Sureda "bloqueó la reunión, del Consejo al manifestar su voluntad de introducir un punto que no figuraba en el orden del día: la propuesta de ratificación o cese del presidente. Ante el imprevisto y en la imposibilidad de llegar a un acuerdo, el presidente y el vicepresidente, Santiago Marimón, acordaron levantar la sesión. Pese a ello, la parte del consejo contraria al presidente, alegando la existencia de quorum suficiente, decidió continuar la reunión, en compañía del director general, Joan Bilbao, indican fuentes cercanas al equipo de Sureda. Los que continuaron reunidos, esto es, el bloque más conservador, tomaron varios acuerdos, entre ellos el de cesar al presidente. Dichos acuerdos podrían ser impugnados por el otro bloque; unos por no figurar en el orden del día y otros por haberse adoptado una vez levantada la sesión.Durante la semana anterior habían aumentado las tensiones surgidas en julio en tomo a la renovación del consejo. Desde ciertas posiciones molestó que Josep Lluís Sureda dictara directamente las instrucciones a los auditores habituales de la entidad y que convocara a la comisión ejecutiva del consejo para decidir sobre inversiones corrientes, reunión a la que no asistieron los consejeros partidarios del director general.