Tribuna:

Umbral, último acto de la Semana del Erotismo

Tiene razon Umbral: el strip-tease ha entrado en la decadencia y en el recuerdo del pasado; y sin embargo se lo estaba contando a una multitud de personas que habían llenado el Centro Cultural de la Villa de Madrid, dejando fuera de las puertas cerradas y bajo la espectacular tormenta quizá a otras tantas que excedían el aforo del local, atraídas todas como moscas por el acto final de la semana (municipal) del erotismo, en el que Umbral había montado un pequeño espectáculo. Pero se ofrecía algo más que el strip-tease desnudo: un ceremonial, una liturgia.Umbral montó su teatrillo ...

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Tiene razon Umbral: el strip-tease ha entrado en la decadencia y en el recuerdo del pasado; y sin embargo se lo estaba contando a una multitud de personas que habían llenado el Centro Cultural de la Villa de Madrid, dejando fuera de las puertas cerradas y bajo la espectacular tormenta quizá a otras tantas que excedían el aforo del local, atraídas todas como moscas por el acto final de la semana (municipal) del erotismo, en el que Umbral había montado un pequeño espectáculo. Pero se ofrecía algo más que el strip-tease desnudo: un ceremonial, una liturgia.Umbral montó su teatrillo con lo que puede ser un embrión de espectáculo si se depura o si se aguza: es decir, se le añaden unas dotes teatrales que estaban sólo apuntadas. Entre la alusión histórica a la denza de los siete velos de Salomé, la ilustración de un stnp con armadura y cinturón de castidad de la Edad Media, la contradicción con la música gregoriana, la inversión del acto -vestirse en vez de desnudarse- o la introducción de la velocidad hay una serie de giros, de maneras de contemplar el suceso hoy devaluado. Las señoritas elegidas -la rubia Eva Estel, la coloreada Tanihson profesionales "de la Gran Vía", en la descripción exacta de Umbral, y no acaban de traspasar su ceremonia de primera mano, en la que creen, a estas segundas intenciones de la deliberación intelectual e irónica del oficiante Francisco Umbral. Trabajan ellas según su propio teatro corporal, su técnica de exposición-riudo-desenlace y sus movimientos fijados para siempre, y probablemente no era el lugar ni el contexto propios del caso. Quedó una frialdad en la inmensa sala.

Quedó la propuesta de -espectáculo pendiente de un desarrollo que le conduzca a lo que quedó definido como la intención del acto: el strip crítico, la forma de ver otras cosas más allá del cuerpo iluminado. Más allá de lo que se vio y se escuchó.

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