Ha muerto Luis Lucia, considerado el director más clásico del cine español

Aunque no dirigiera tantas películas como algunos de sus contemporáneos, y se retirara del cine antes que ellos, la obra de Luis Lucia es la más característica del cine español de posguerra, probablemente porque fue él quien mejor se sensibilizó al pulso del público, combinando géneros y estilos, de forma que la comedia o el melodrama sustentaran los esquemas religiosos o folklóricos de moda.No cayó en la exageración del cine de gola ("y me he salvado del western y me he negado al destape", decía), pero no por ello se desligó de las consignas que hicieron tan monótonos los filmes de p...

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Aunque no dirigiera tantas películas como algunos de sus contemporáneos, y se retirara del cine antes que ellos, la obra de Luis Lucia es la más característica del cine español de posguerra, probablemente porque fue él quien mejor se sensibilizó al pulso del público, combinando géneros y estilos, de forma que la comedia o el melodrama sustentaran los esquemas religiosos o folklóricos de moda.No cayó en la exageración del cine de gola ("y me he salvado del western y me he negado al destape", decía), pero no por ello se desligó de las consignas que hicieron tan monótonos los filmes de posguerra. Sus películas de curas fueron de los más importantes del género, y aún conservababa Lucia la ilusión de rodar otra más, sobre san Juan de Dios, que pensaba titular Dar ("simplemente Dar"), que evidenciara la deserción de quienes, como él, habían desarrollado el género religioso en los años cincuenta, pero se adaptaron luego al cine erótico de consumo.

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Lucia recayó en Cifesa por simple casualidad. Su padre, dirigente de la CEDA en Valencia durante la guerra, había sido perseguido tanto por las tropas de Franco como por las que defendían la Re pública. "Al finalizar la guerra me encontré, pues, con un problema gravísimo", solía contar, "que resolví acudiendo a viejos amigos de mis padres que eran de la familia Casanova, dirigente de Cifesa". Se colocó en la productora trabajan do como asesor jurídico hasta que en 1943 dirigió su primer filme, El 13-13, al que siguió Un hombre de negocios. Su habilidad para la comedia sofisticada se enriqueció luego con un concepto de cine popular que marcó el modelo a seguir por sus contemporáneos.

Luchó contra la censura a la que consideraba verdugo del cine es pañol por los destrozos que sufrió su adaptación de la obra teatral de Calvo Sotelo La muralla: "Si se sacasen los cortes que hay en los archivos de la censura", dijo, "sería una auténtica maravilla, porque hasta las cosas más ingenuas estaban cortadas". No fue un cineasta especialmente conflictivo ya q e sus proyectos respondían a las previsiones de los admistradores del cine español. Quería antes hacer "una buena película", que discutir la norma.

Amante del folklore y de los toros, soñó con filmar una película globalizadora sobre el mundo taurino, ("la historia del toro") que, como la del santo de los pobres que había preparado, nunca vió la luz. En sus últimos años, Lucia no ocultó cierta amargura por el olvido del que se sentía víctima. Cuando recordaba haber dado su mejor oportunidad a nuevas figuras (Carmen Sevilla, Marisol, Rocío Dúrcal, Ana Belén, entre otras), se lamentaba de no conservar su amistad: "El cine es bastante desagradecido pero, en especial los actores. La única que me llamó cuando me operaron de cáncer fue Carmen Sevilla."

Director de estrellas, bajo sus órdenes desfilaron las de mayor popularidad, tanto porque ya se habían consagrado anteriormente como porque con él encontraron su mejor ocasión: enfrentó a Ana Mariscal y Amparo Rivelles en el melodrama De mujer a mujer, inspirado en Alma triunfante, de Benavente; situó a Juanita Reina en la tesitura de interpretar a Pemán en Lola la Piconera; desdobló a Amparo Rivelles en La duquesa de Benamejí, inspirada en una obra de los Machado; edulcoró La hermana san Sulpicio, de Palacio Valdés, primero al servicio de Carmen Sevilla y, pesteriormente, de Rocío Dúrcal, revisó Morena Clara para mejor lucimiento de Lola Flores. También adaptó El piyayo, según el poenia de José Carlos de Luna, al que dio vida Valeriano León; Un marido de ida y vuelta, de Jardiel, que interpretaron Fernán Gómez, Emma Penella y Fernando Rey; La vida en un bloc, de Carlos Llopis, que protagonizó Alberto Closas, y dirigió la mayor parte de los filmes con niños prodigio.

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