Pita Andrade ingresa en la Academia de Bellas Artes con un discurso sobre El Greco

Destacó la defensa de la dignidad de la pintura hecha por el artista

El profesor José Manuel Pita Andrade, ex director del Museo del Prado, ingresó ayer en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando con un discurso sobre el Greco y la consideración que su obra tuvo durante los siglos XVII y XVIII. Respondió a su discurso el también académico Enrique Pardo Canalis. Pita Andrade ocupa el sillón que quedó vacante a la muerte de José Camón Aznar. "Hasta El Greco", dice el nuevo académico, "al pintor en España se le consideraba como, un artesano. Él fue el primero que defendió la dignidad del pintor como artista".

José Manuel Pita Andrade explicó en sus...

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El profesor José Manuel Pita Andrade, ex director del Museo del Prado, ingresó ayer en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando con un discurso sobre el Greco y la consideración que su obra tuvo durante los siglos XVII y XVIII. Respondió a su discurso el también académico Enrique Pardo Canalis. Pita Andrade ocupa el sillón que quedó vacante a la muerte de José Camón Aznar. "Hasta El Greco", dice el nuevo académico, "al pintor en España se le consideraba como, un artesano. Él fue el primero que defendió la dignidad del pintor como artista".

José Manuel Pita Andrade explicó en sus declaraciones que en cierto modo El Greco fue el primer defensor de los derechos del pintor y la suya es una de las influencias más perdurables en el arte de la pintura habidas en España. Esa importancia contrasta con el interés que la obra de El Greco tuvo en los siglos XVII y XVIlI, cuando el ámbito de influencia de sus pinturas se reducía a algunas colecciones privadas o reales. La aparición del romanticismo, en el siglo XIX, fue la que puso de manifiesto el gran poder de la pintura de El Greco. Hasta entonces, señala Pita, sólo pequeños grupos de poetas y de intelectuales se interesaron por la pintura de El Greco en los siglos XVII y XVIII".Rastrear esas paradojas le ha llevado al profesor Pita Andrade a recopilar las noticias sobre los dispersos inventarios que se han hecho de la obra completa de El Greco, y esta tarea le ha llevado a reconstruir una especie de "museo imaginario" en el que ya aparece con carácter unitario lo que hasta el momento ha estado troceado y disperso.

En cuanto a la consideración que de El Greco se tuvo en el siglo en que murió, el XVII, Pita Andrade señala en su discurso cómo éste forma parte de la relación de "modernos insignes en pintura" realizada por Cristóbal Suárez de Figueroa poco después de morir el pintor, en 1615. "Juan de Butrón, en sus importantes Discursos apologéticos en que se defiende la ingenuidad del Arte de la Pintura que es liberal y noble de todos derechos", continúa Pita Andrade en su discurso, "también citó a nuestro pintor entre los que fueron grandes y sus obras se estiman en Italia y España". El nuevo académico habla también de la semblanza humana que de El Greco hizo en aquellos tiempos el pintor aragonés Jusepe Martínez; semblanza salpicada de anécdotas. A este respecto, dice Pita Andrade: "Siento disentir del doctor Marañón al pensar que tal vez fuesen ciertos los signos de ostentación de que haría gala en su casa. No creo que nuestro Dominico hubiese administra - do ejemplar mente sus bienes".

Los retratos de El Greco

Según Pita Andrade, la imagen de El Greco adquiere nuevos perfiles, en el siglo XVIII, en la obra de Palomino, que dedica al pintor cretense silencios y juicios adversos. Sin embargo, el mismo Palomino le cita en la biografía de Velázquez con "un juicio sobre El Greco que no debe desdeñarse. Dice así: 'En los retratos imitó a Dominico Greco, porque sus cabezas en su estimación nunca podían ser bastantes celebradas'... 'Porque del Griego podemos decir, que lo hizo bien, ninguno lo hizo mejor; y lo que hizo mal, ninguno lo hizo peor' ... destaquemos el alto aprecio hacia El Greco como retratista". Jovellanos, por su parte, ensalza a Dominico por defender la nobleza de la pintura.Dos siglos en los que, según el académico, se reconoció el talento y destreza para el dibujo, pero se le regatearon méritos. Sólo el siglo XIX, en el que pintores y marchantes se interesaron por El Greco, el pintor griego fue realmente reconocido y "sólo en 1908 cristalizarían estos esfuerzos en la magistral monografía de Don Manuel Bartolomé Cossío".

El académico Pardo Canalis recordó la figura de José Camón Aznar para ensalzar, después, a Pita Andrade, a quien "me permitiría rogarle -recomendarle incluso- que no cagia en la tentación de sentirse, como diría un gallego ilustre, académico de sí mismo, sino que sea académico de todos y para todos".

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