Violento final de la campaña electoral vasca

Los senadores lloran la muerte de su compañero Enrique Casas

Los miembros del Congreso y del Senado reunidos ayer en sesiones de trabajo recibieron con estupor el asesinato del senador Enrique Casas, que fue condenado rotundamente por miembros de todos los grupos parlamentarios. Los senadores no podían contener las lágrimas y los diputados guardaron un minuto de silencio en memoria del fallecido. Todos los partidos, sindicatos y las más diversas organizaciones estatales, así como autoridades y partidos de las comunidades autónomas, expresaron su enérgica repulsa.Muy poco después de tener noticias del asesinato del senador Enrique Casas, el presidente de...

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Los miembros del Congreso y del Senado reunidos ayer en sesiones de trabajo recibieron con estupor el asesinato del senador Enrique Casas, que fue condenado rotundamente por miembros de todos los grupos parlamentarios. Los senadores no podían contener las lágrimas y los diputados guardaron un minuto de silencio en memoria del fallecido. Todos los partidos, sindicatos y las más diversas organizaciones estatales, así como autoridades y partidos de las comunidades autónomas, expresaron su enérgica repulsa.Muy poco después de tener noticias del asesinato del senador Enrique Casas, el presidente de la Cámara alta, José Federico de Carvajal, ordenó que la bandera nacional ondease a media asta en el edificio y convocó urgentemente a la Mesa del Senado para hacer público un comunicado en el que la institución manifiesta su dolor. Poco después, De Carvajal dijo ante los informadores: "Realmente, estamos todos anonadados, pero, aun destrozados por el dolor, la Cámara proseguirá sus debates con normalidad".

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Tras manifestar que todos los senadores iban a echar profundamente de menos al parlamentario asesinado ayer, Carvajal pidió disculpas y se ausentó bruscamente de la conferencia de prensa porque, como otros muchos senadores, estaba llorando.

El senador del PNV Carmelo Renovales era quien menos podía contener las lágrimas. Un par de horas después de conocerse la trágica noticia, continuaba por los pasillos de la Cámara alta con los ojos hinchados y una expresión de profundo abatimiento. "Ha sido como si me hubieran dado un mazazo en la cabeza", decía, al tiempo que reflexionaba en voz alta: "No comprendo cómo pueden pedir esos asesinos que se les amnistíe ni comprendo cómo no se dan cuenta de las tragedias que están ocasionando con un comportamiento que no parece propio de seres humanos".

En el Congreso, su presidente Gregorio Peces-Barba abrió la sesión plenaria con una declaración en la que dijo que "no sólo se ha atentado contra lo más' sagrado, que es la vida", sino también "contra todo el pueblo español y contra su más importante institución, que son las Cortes Generales".

El peneuvista Marcos Vizcaya afirmó que "se veía venir, porque hace tiempo que ETA y HB venían acusando a los socialistas de estar tras los GAL". Bandrés calificó a Casas de persona honesta y preocupada por la paz, y aseguró que "si en este país no estuviéramos locos, en las elecciones la gente mostraría su repulsa a los partidarios de la violencia".

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El dirigente de AP Jorge Verstrynge afirmó que así "no se pueden hacer las elecciones, porque cualquier resultado carece de fiabilidad, ya que no hay libertad para las ideas políticas. No es que no se vayan a celebrar, claro, pero los resultados ya están falseados".

Pedro Bofill, de la ejecutiva del PSOE, declaró: "Que sepa ETA que a los socialistas no nos amedrenta este asesinato; que sepa ETA y que sepa Herri Batasuna que seguirá teniendo enfrente a un PSOE que lucha para asegurar la democracia en el País Vasco".

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