Nueva estrategia terrorista de las Brigadas Rojas en un momento de gran tensión política en Italia

Con la puntualidad que siempre las ha caracterizado, las Brigadas Rojas, consideradas políticamente derrotadas, pero aún operativamente activas, se han presentado de nuevo en el panorama político de Italia con el asesinato de Leamon Hunt, jefe de la fuerza multinacional de paz destacada en el Sinaí. El atentado se produce, como ha ocurrido en ocasiones anteriores, en un momento de gran tensión política y social, cuando los partidos italianos se preparan para celebrar sus congresos -el de la Democracia cristiana se inicia el viernes- y mientras se está consumando la ruptura de la unidad sindica...

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Con la puntualidad que siempre las ha caracterizado, las Brigadas Rojas, consideradas políticamente derrotadas, pero aún operativamente activas, se han presentado de nuevo en el panorama político de Italia con el asesinato de Leamon Hunt, jefe de la fuerza multinacional de paz destacada en el Sinaí. El atentado se produce, como ha ocurrido en ocasiones anteriores, en un momento de gran tensión política y social, cuando los partidos italianos se preparan para celebrar sus congresos -el de la Democracia cristiana se inicia el viernes- y mientras se está consumando la ruptura de la unidad sindical.

Dos días después de efectuar esa impecable acción militar, con la que han ampliado su ofensiva al conflicto de Oriente Próximo, las Brigadas Rojas y el Partido Comunista Combatiente eliminaron las dudas sobre la autoría del atentado, con un comunicado oficial con la clásica firma de la estrella de cinco puntas y un alucinante texto de 3.000 palabras.Los observadores están analizando con mucho interés este nuevo documento

porque revela una serie de novedades. A pesar de su clásico lenguaje aparentemente demencial, demuestra que ha vuelto a crearse una dirección estratégica política del movimiento, que se creía prácticamente eliminado.

Otra de las novedades importantes es que las Brigadas Rojas, en esta segunda fase de reorganización -tras el golpe recibido en los últimos tiempos gracias a las confesiones de muchos de sus dirigentes arrepentidos- se proponen como punto de referencia de un nuevo proceso político a escala internacional y piden la colaboración a todos los movimientos terroristas extranjeros para construir "la nueva internacional comunista, fundada rigurosamente sobre principios del marxismo-leninismo".

Los observadores no excluyen que el atentado ' contra Hunt haya podido ser la primera acción conjunta con alguna organización extremista operante en Oriente Próximo. Pero el documento no se olvida de los problemas de casa. Más aún, declara que las Brigadas Rojas desean capitalizar este nuevo momento de tensión política italiana.

Esto es lo que preocupa a las fuerzas políticas. Concretamente, el documento afirma que, junto -al intento de lograr una acción a nivel internacional, se propone intervenir directamente en Italia con objetivos muy concretos: intensificación y organización de la lucha contra el Gobierno del socialista Bettino Craxi, contra los misiles instalados en Comiso y contra el rearme, al tiempo que plantea una acción para la salida de la OTAN lo antes posible.

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Para ello, las Brigadas Rojas piden que todos los revolucionarios apoyen al "movimiento pacifista" y las reivindicaciones callejeras, promovidas estos días por el sector comunista de la Confederación General Italiana del Trabajo (CGIL), que no ha aceptado el plan antiinflación impuesto por decreto.

Increíble 'puntualidad'

Esta increíble puntualidad de las Brigadas Rojas en momento de dura prueba para el primer Gobierno presidido por un socialista, de máxima sensibilidad y crispación de los sindicatos y en vísperas de siete congresos políticos nacionales, la ha subrayado Rossana Rossanda en un artículo publicado en el periódico de izquierdas Il Manifesto.

En este momento está a punto de desarrollarse en el Parlamento un debate del que dependerá la supervivencia del Gobierno Craxi, cuya caída traería no pocas consecuencias a la primera experiencia de una izquierda-centro presidida por un, socialista con la voluntad de dar un Gobierno estable a este país.

Frente a la intransigencia del sector comunista del principal sindicato italiano, la CGIL (4,5 millones de afiliados), que se ha negado a aceptar el plan económico presentado por el Gobierno para disminuir la inflación, el Gobierno Craxi ha decidido en los días pasados poner en práctica dicho plan con un acto de autoridad. Esta semana, el Parlamento tendrá que aprobarlo o rechazarlo.

Numéricamente, el Gobierno tiene votos suficientes para que los decretos pasen, pero los comunistas están dispuestos a presentar la cuestión de inconstitucionalidad.

Mientras tanto, los comunistas están movilizando la mayoría de las ciudades italianas contra la voluntad de los otros sindica tos, y el secretario general de la Confederación Italiana de Sindicatos de Trabajadores (CISL), el segundo gremio más numeroso, de inspiración democristiana, ha declarado públicamente que la "unidad sindical está definitiva mente muerta ' ". Los socialistas, por su parte, acusan a la componente comunista de la CGIL de provocar huelgas y manifestaciones anticonstitucionales.

A quienes se les ponen las cosas más difíciles es a los sindicalistas comunistas, que están movilizando las bases trabajadoras con huelgas y manifestaciones, ya que podría parecer que se ponen indirectamente de parte del terrorismo.

El llamamiento de los terroristas para pedir el apoyo de los movimientos pacifistas crea, en definitiva, problemas sólo a los comunistas, que son quienes hoy encabezan dichos movimientos, junto con la Iglesia progresista.

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