Los rescates

La historia de los secuestros es ya larga, y el ritual, conocido. Y lo que al principio quedaba envuelto en púdico y temeroso misterio hoy se cifra abiertamente y con mayor aproximación cada vez. La conclusión es obvia: los secuestrados vuelven al seno de sus familias_si se paga el rescate exigido o negociado, y aparecen. muertos si el rescate no llega a hacerse efectivo.El terrorismo actúa sobre una base de información afinada. No se secuestra a personas que no tengan posibilidades de pagar un rescate de millones. (...)

Se dirá que, pese a las angustias de la familia y a las penalidade...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La historia de los secuestros es ya larga, y el ritual, conocido. Y lo que al principio quedaba envuelto en púdico y temeroso misterio hoy se cifra abiertamente y con mayor aproximación cada vez. La conclusión es obvia: los secuestrados vuelven al seno de sus familias_si se paga el rescate exigido o negociado, y aparecen. muertos si el rescate no llega a hacerse efectivo.El terrorismo actúa sobre una base de información afinada. No se secuestra a personas que no tengan posibilidades de pagar un rescate de millones. (...)

Se dirá que, pese a las angustias de la familia y a las penalidades de quien se ve reducido a esperar *sin luz la hora de que le metan en un maletero, le aten a un árbol y avisen a la familia, es mejor esta suerte que la de quienes, carentes de recursos o apuntados en la lista de un objetivo distinto, se encuentran de pronto con el tiro en la sien o en la nuca al ir al trabajo, volver de él o en plena tarea. En unos casos el objetivo es dinero, y la vida se quita en caso de no obtenerlo. En otros, la muerte de una persona apunta a provocar el terror en un entorno y un encadenamiento de reacciones a plazo más o menos largo.

Pero la estrategia del terrorismo es global, y las diversas formas concurren a servirla con diferentes tácticas. Cuesta pensar que pueda haber eso que se llama so porte político, electoralmente cuantificable, para la táctica que consiste en quitar la vida por sorpresa a personas indefensas. La actualidad de la liberación del señor Larrañaga nos lleva a preguntarnos por las extrañas razones que pueden llevar a encontrar en el mismo País Vasco apoyo político para ese modo de sacar dinero de unas empresas de las que viven muchas familias y llevarlo a la organización que extorsiona a la misma sociedad, parte de la cual se dice que la apoya.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Los secuestros de industriales vascos, más de una vez simpatizantes del partido nacionalista, es claro que contribuyen a mantener la actividad del terrorismo. Pero es claro asimismo que contribuyen también al empobrecimiento de la economía vasca, al desaliento de sus hombres más emprendedores, a la irregularidad de una vida industrial y comercial sometida a la fiscalidad discreta del llamado impuesto revolucionario -¿para qué revolución?- y las exacciones extraordinarias que salen a la superficie de la información cuando se produce un secuestro.

¿De verdad puede haber apoyo popular, siquiera sea reducido, para todo esto? ¿De verdad no puede convencerse de la irracionalidad y de la inmoralidad de tal política a quienes, se dice, "dudan"?

19 de noviembre.

Archivado En