La guerra interpalestina

La URSS y Siria mantienen sus diferencias sobre el conflicto

Moscú y Damasco siguen sin superar sus graves diferencias en torno a Yasir Arafat, cuyas fuerzas han sido prácticamente derrotadas por grupos palestinos disidentes apoyados por Siria. Ésta es la conclusión que los observadores occidentales extraen del comunicado conjunto hecho público después de la breve visita realizada a la URSS por el ministro sirio de Asuntos Exteriores, Abdel Halim Jadam.El comunicado no alude ni una sola vez a la rivalidad que enfrenta a los palestinos ni hace ningún llamamiento a la unidad árabe. Moscú, en cambio, ha venido insistiendo tímidamente en los últimos tiempos...

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Moscú y Damasco siguen sin superar sus graves diferencias en torno a Yasir Arafat, cuyas fuerzas han sido prácticamente derrotadas por grupos palestinos disidentes apoyados por Siria. Ésta es la conclusión que los observadores occidentales extraen del comunicado conjunto hecho público después de la breve visita realizada a la URSS por el ministro sirio de Asuntos Exteriores, Abdel Halim Jadam.El comunicado no alude ni una sola vez a la rivalidad que enfrenta a los palestinos ni hace ningún llamamiento a la unidad árabe. Moscú, en cambio, ha venido insistiendo tímidamente en los últimos tiempos en que era necesario que los árabes dejaran de enfrentarse entre sí y que tenían que ser conscientes de que los verdaderos enemigos eran EE UU e Israel.

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El propio ministro de Asuntos Exteriores soviético, Andrei Gromiko, abundó en estas tesis durante el brindis pronunciado en el almuerzo que el viernes ofreció en Moscú a Abdel Halim Jadam.

Algunos observadores. señalan también como significativo el retraso con que se hizo público el comunicado sirio-soviético, que no fue dado a conocer hasta el sábado por la noche, es decir, más de un día después de que Abdel Halim Jadam regresara a Damasco.

Por lo demás, el comunicado conjunto condenaba la presencia de las fuerzas norteamericanas en Líbano, a la vez que reafirmaba la adhesión de los Gobiernos de Moscú y Damasco y los acuerdos de amistad y cooperación que ambos firmaron hace ya tres años. Estos acuerdos -en lo que afecta a las cuestiones militares- obligan a ambas partes a celebrar consultas en el caso de que uno de los dos países sea atacado por un tercero, sin que el compromiso adquirido tenga por qué llegar más allá, lo que lo hace escasamente operativo.

Las diferencias existentes en la actualidad sobre el liderazgo de Arafat en el movimiento palestino no se cree que vayan a afectar al intenso auxilio militar que Siria recibe de la URSS, ya que, a pesar de todo, Damasco es la única capital de completa confianza con que el Kremlin cuenta en la región.

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En la actualidad, el Ejército soviético mantiene en Siria de 5.000 a 7.000 asesores.

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