El socialcristiano Strauss crea confusión en la política exterior de Alemania Occidental

Las críticas del presidente de Baviera, el socialcristiano Franz Josef Straus (CSU), a la postura tomada por el Gobierno federal ante la invasión norteamericana de Granada han provocado rectificaciones y confusión sobre quien define en Bonn la política exterior.

Strauss no se resigna. Aunque hace días fue elegido presidente de la Segunda Cámara (Bundestag), se aburre en Munich y considera que su talento político está desaprovechado.La invasión de Granada y la suave crítica del Gobierno de Bonn a EE UU fue aprovechada por Strauss para atacar de nuevo y poner en evidencia al ministro ...

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Las críticas del presidente de Baviera, el socialcristiano Franz Josef Straus (CSU), a la postura tomada por el Gobierno federal ante la invasión norteamericana de Granada han provocado rectificaciones y confusión sobre quien define en Bonn la política exterior.

Strauss no se resigna. Aunque hace días fue elegido presidente de la Segunda Cámara (Bundestag), se aburre en Munich y considera que su talento político está desaprovechado.La invasión de Granada y la suave crítica del Gobierno de Bonn a EE UU fue aprovechada por Strauss para atacar de nuevo y poner en evidencia al ministro de Exteriores, el liberal Hans-Dietrich Genscher (FDP) y también al canciller federal, el democristiano Helmut Kohl (CDU). La primera reacción de Bonn fue decir "EE UU no nos preguntó y, si nos hubiera preguntado, le habríamos desaconsejado". Después vino el rapapolvo de Strauss, "Los europeos no tienen por qué dar lecciones a EE UU".

Temeroso de la furia del bávaro, el canciller Helmut Kohl dio marcha atrás y llegó a producirse la situación cómica y contradictoria de que el ministro de Exteriores decía una cosa sobre Granada en una comida con periodistas extranjeros y, 100 metros más allá, media hora más tarde, el portavoz gubernamental, Juergen Sudhoff, decía, otra y quitaba hierro a la primera explicando que era "una valoración momentánea".

Desde Tokio, el canciller Kohl siguió la marcha atrás, al declarar su comprensión con la intervención norteamericana. En Bonn el secretario de Estado para Asuntos Exteriores, Juergen Moellemann (FDP), conocido por el mote de El Ventrílocuo de Genscher, se mantenía en la primera valoración.

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