Periodistas británicos se entrenan para una eventual guerra mundial

Los militares de los países miembros de la OTAN se preparan para la guerra con maniobras periódicas. Lo mismo hacen los Gobiernos, que participan anualmente en un ejercicio aliado en el que tienen que ir tomando, hora a hora, decisiones que sobre el papel suponen abrir nuevos frentes, defender o no una ciudad y hasta utilizar o no armas nucleares. Solo los periodistas faltaban por entrenar. El olvido está siendo corregido en el Reino Unido: una cincuentena de periodistas británicos, "corresponsales de guerra acreditados", cubren estos días, en territorio alemán, el estallido de la tercera guer...

Los militares de los países miembros de la OTAN se preparan para la guerra con maniobras periódicas. Lo mismo hacen los Gobiernos, que participan anualmente en un ejercicio aliado en el que tienen que ir tomando, hora a hora, decisiones que sobre el papel suponen abrir nuevos frentes, defender o no una ciudad y hasta utilizar o no armas nucleares. Solo los periodistas faltaban por entrenar. El olvido está siendo corregido en el Reino Unido: una cincuentena de periodistas británicos, "corresponsales de guerra acreditados", cubren estos días, en territorio alemán, el estallido de la tercera guerra mundial. El ejercicio ha sido ideado por el ministerio de Defensa. El Gobierno británico se sintió muy molesto con las críticas que recibió durante el reciente conflicto de Las Malvinas. Whitehall debe haber pensado que un ejercicio práctico puede ayudar tanto a periodistas como a militares a comprenderse.Con este fin, un grupo de periodistas fue invitado a cubrir "como si fuera de verdad" el ejercicio Triángulo eterno que llevan a cabo tropas aliadas en la República Federal de Alemania (RFA). Los cincuenta reporteros fueron recibidos por un coronel que les espetó: "Quiero que entiendan la situación, las tropas del Pacto de Varsovia han cruzado la frontera alemana occidental. Las hostilidades en Europa han comenzado". Los periodistas fueron inmediatamente equipados con uniformes británicos e instruidos en el manejo de equipos contra la guerra química y bacteriológica. Algunos se vieron obligados a afeitarse la barba, incompatible con los trajes y mascarillas.