La CIA cree que han disminuido los envíos de armas a la guerrilla salvadoreña

Dos instituciones de la Administración norteamericana, la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y el Departamento de Estado, manifiestan criterios no coincidentes sobre el eventual envío de armas a la guerrilla salvadoreña desde Nicaragua. Para la CIA este aprovisionamiento ha descendido notablemente, mientras que para el Departamento de Estado no hay duda de que los guerrilleros salvadoreños reciben desde Nicaragua sustanciales cantidades de munición, explosivos y envíos logísticos como vestimenta, radios y piezas de repuesto".Los informes disponibles en Washington coinciden en señalar que la...

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Dos instituciones de la Administración norteamericana, la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y el Departamento de Estado, manifiestan criterios no coincidentes sobre el eventual envío de armas a la guerrilla salvadoreña desde Nicaragua. Para la CIA este aprovisionamiento ha descendido notablemente, mientras que para el Departamento de Estado no hay duda de que los guerrilleros salvadoreños reciben desde Nicaragua sustanciales cantidades de munición, explosivos y envíos logísticos como vestimenta, radios y piezas de repuesto".Los informes disponibles en Washington coinciden en señalar que la guerrilla dispone de suficientes armas como para poder prescindir, relativa y circunstancialmente, de su dependencia del exterior.

Las fuentes del espionaje indican que se mantiene el uso de las rutas secretas procedentes de Nicaragua para el abastecimiento de municiones, medicinas y equipos de comunicaciones.

Estados Unidos, según un comunicado oficial del Departamento de Estado, ha comprobado "aumentos cíclicos del envío de armas -por tierra, mar y aire- previos a las ofensivas de los rebeldes en El Salvador", pero John Hughes, portavoz del Departamento, se niega a precisar las cifras que corresponden a las "sustanciales cantidades".

En el orden político, el departamento dirigido por George Shultz considera que el retraso de la convocatoria de elecciones en El Salvador es fruto de la complejidad del proceso electoral en el país centroamericano.

"El proceso electoral avanza más lentamente de lo que nosotros y los propios salvadoreños desearíamos, pero nos damos cuenta de los problemas", manifiesta Hughes. En una moderada reacción al virtualmente confirmado retraso de la convocatoria de elecciones, prevista en principio para finales de año, el portavoz ministerial afirma que el "tiempo preciso" de la celebración "depende obviamente de la finalización de numerosas fases preparatorias". Hughes cita, entre ellas, el debate y aprobación del actual proyecto de Constitución, promulgación de un debate electoral, decisión sobre la confección del censo y las gestiones de la comisión de paz ante la izquierda para lograr la más amplia participación electoral.

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