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Don Justo sigue asistiendo a las corridas de toros, pero por primera vez en más de medio siglo, no tiene a quién contárselas.Álvaro Arias Don Justo empezó a escribir de toros a fines de los años veinte en su Oviedo natal, y después colaboró allí en Nueva España, y en Madrid, en El Alcázar, El Ruedo y La Hoja del Lunes. Fue el fundador de esos excelentes coloquios taurinos del Círculo Mercantil, pero el año pasado, tras unos ocho o nueve años en Radio España, dejó la crítica. Dice que ahora, con 75 años, se encuentra "descansado", pero uno sospecha que en el fondo lo echa d...

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Don Justo sigue asistiendo a las corridas de toros, pero por primera vez en más de medio siglo, no tiene a quién contárselas.Álvaro Arias Don Justo empezó a escribir de toros a fines de los años veinte en su Oviedo natal, y después colaboró allí en Nueva España, y en Madrid, en El Alcázar, El Ruedo y La Hoja del Lunes. Fue el fundador de esos excelentes coloquios taurinos del Círculo Mercantil, pero el año pasado, tras unos ocho o nueve años en Radio España, dejó la crítica. Dice que ahora, con 75 años, se encuentra "descansado", pero uno sospecha que en el fondo lo echa de menos.

Y como Don Justo, muchos de su generación: José María del Rey Selipe, Ricardo García K-Hito, César Jalón Clarito... Eran maestros de la crítica, las figuras de su tiempo, y en gran medida su maestría ayudó a formar, a los críticos actuales, pero hoy día están apartados de la lucha.

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"Yo procuraba contar no sólo lo que había visto en la plaza, sino también lo que el torero dejó de hacer", dijo ayer Don Justo. "Me gustaron muchos toreros -El Niño de la Palma, Antonio Bienvenida, Ordóñez, Pepe Luis y su hermano Manolo-, pero en el fondo me gustaban todos los que toreaban de verdad". Don Justo opina que en la actualidad falta el toro: sale flojo, descastado, cáyéndose. "Por eso no hay emoción".

Como Don Justo se encuentra Selipe, un abogado sevillano de 80 años. Su padre también fue crítico taurino, y, de él Selipe heredó el apodo. Empezó a ejercer la profesión en 1929, en El Noticiero Sevillano, y después forinaría parte de las redacciones de Abc, La Hoja del Lunes, de Madrid, y, finalmente, Ya. Los aficionados degustaron un estilo serio, ponderado, elegante, sobre todo ecúanime. Se retiró de la crítica en 1981, pero como forma parte de varios jurados que entregan premios taurinos, sigue asistiendo a las corridas.

"Joselito fue el mejor", dice Selipe ahora, "y después había muchos toreros buenos: El Gallo, Ortega... Selipe cree que en la fiesta actual se pueden hacer algunas rectificaciones, pero sus juicios siguen siendo ecúanírnes. En cuanto al nuevo fenómeno Paco Ojeda, por ejemplo, opina Selipe que es "interesantísimo, es distinto a los demás, tiene algo especial".

Alguno de estos viejos críticos aún sigue en la lucha. Antonio Bellón, tambien de 80 años, lleva unas 40 temporadas en Pueblo. Empezó con aperíais 15 años, de cuartillero, al lado del entonces crítico de El Heraldo, el Barquero, en la plaza vieja de Madrid. "Según avanzaba la corrida y el Barquero llenaba las cuartillas -entonces la reseña se hacía toro por toro-, yo me asomaba a la ventana y las arrojaba al ciclistaque las llevaba a la redacción".

Un aprendiz en el oficio preguntó a Bellón cuánto tiempo piensa aún seguir. "Mientras siga teniendo esta locura", contestó.

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