Se reedita 'También se muere el mar', de Fernando Morán, que fue rechazada por la censura franquista

El escritor y ministro de Asuntos Exteriores, Fernando Morán, presentó anoche, en la Biblioteca Nacional de Madrid, su novela También se muere el mar, que vio la luz por primera vez en Argentina en 1958, tras haber sido rechazada por la censura franquista. En el acto de presentación hablaron el director de la editorial, Mario Lacruz, y el director general del Libro, Jaime Salinas.

Fue el propio Salinas quien, al principio, se refirió a la excepcional calidad de los asistentes a la cita, que calificó de verdadera fiesta de gala. Allí estaban Jesús Aguirre, duque de Alba, Pedro de Lorenzo...

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El escritor y ministro de Asuntos Exteriores, Fernando Morán, presentó anoche, en la Biblioteca Nacional de Madrid, su novela También se muere el mar, que vio la luz por primera vez en Argentina en 1958, tras haber sido rechazada por la censura franquista. En el acto de presentación hablaron el director de la editorial, Mario Lacruz, y el director general del Libro, Jaime Salinas.

Fue el propio Salinas quien, al principio, se refirió a la excepcional calidad de los asistentes a la cita, que calificó de verdadera fiesta de gala. Allí estaban Jesús Aguirre, duque de Alba, Pedro de Lorenzo, Fernando Schwartz, de la Oficina de Información Diplomática, Justino de Azcárate, Pedro Laín Entralgo, los historiadores Angel Viñas e lan Gibson, y Gonzalo Torrente Ballester, el diplomático Antonio Garrigues y Díaz Cañabate, y numerosos políticos e intelectuales. Dijo el director general del Libro que También se muere el mar es una novela que ha resistido la prueba definitiva de veinticinco años.Previamente, Fernando Morán había declarado a los informadores que ésta su primera novela -en el 61 publicó, ya en Es paña, El profeta, y en el 64, Joe Giménez, promotor de ideas- es realista, directa, intimista y, quizás, pequeño burguesa. "Entonces, en los cincuenta, éramos es critores naturales, que luego pasamos por la posesión de la técnica. Más tarde, la gente se ha planteado el problema del len guaje, pero nosotros veníamos de una tradición novelística que había sido interrumpida, y escribíamos como antes, como el escritor-dios que todo lo sabe y todo lo controla".

De la tendencia al lenguaje poético que se detecta en También se muere el mar, afirmó que eso ocurre cuando en la novela hablan las mujeres, porque cree, igual que Lorca y García Márquez, que "las primeras metáforas las hemos aprendido de las mujeres, que son las transmisoras de ese lenguaje".

De También se muere el mar dijo que no se trata de una novela autobiográfica, "porque no soy ninguno de los personajes, pero está centrada en un ambiente en el que yo he vivido, en un pueblo burgués muy pequeño, que vive con un pulso lento, en el momento en que llega la transformación en sociedad industrial. Y hay en la novela algo que es característico de mi generación, que era la primera que no hizo la guerra, que éramos hijos de los que la hicieron, y percibíamos en la vida cotidiana que había zonas oscuras que nadie nos desvelaba, porque sobre el país había caído una manta de silencio".

Esos descubrimientos progresivos, junto con otros típicos de la adolescencia -el sexo, el amor- en una sociedad muy represiva son, junto con lo anterior, lo que la novela tiene de autobiográfico.

Fernando Morán, que tiene un soterrado sentido del humor, dijo que por supuesto cree que, en la reedición actual de sus libros, el hecho de ser ministro ayudará a que se venda algún ejemplar más, "y eso deben de creer también los editores". Afirmó también que esta etapa ministerial le daría material para escribir una novela, "pero que si lo hiciera tendría que cubrirme bien las espaldas".

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