Comienza el plan de rehabilitación de cascos históricos

La localidad riojana de Cornago, situada a 85 kilómetros de Logroño, con menos de novecientos habitantes, va a ser objeto del programa de rehabilitación integral promovido por la subdirección general de Arquitectura. La elección de este pueblo ha suscitado un cierto recelo entre la población por la repercusión que pueda causar la medida en el medio productivo.En esta ocasión, se ha elegido un pueblo casi anónimo, que no tiene ninguna particularidad especial ni está declarado como conjunto histórico-artístico y que arrastra, como la mayoría, un lastre de despoblación y envejecimiento.

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La localidad riojana de Cornago, situada a 85 kilómetros de Logroño, con menos de novecientos habitantes, va a ser objeto del programa de rehabilitación integral promovido por la subdirección general de Arquitectura. La elección de este pueblo ha suscitado un cierto recelo entre la población por la repercusión que pueda causar la medida en el medio productivo.En esta ocasión, se ha elegido un pueblo casi anónimo, que no tiene ninguna particularidad especial ni está declarado como conjunto histórico-artístico y que arrastra, como la mayoría, un lastre de despoblación y envejecimiento.

Las primeras propuestas comenzaron a plasmarse en realidades hace algo menos de un año. En estos momentos es el único proyecto de centros rurales aprobado en la primera fase de declaración de once áreas de rehabilitación integral. Para los arquitectos Ana Achiaga y Antonio del Castillo, responsables del equipo técnico, la elección ha sido buena. "Nosotros no participamos en ella, pero consideramos que Cornago tiene posibilidades de rehabilitarse porque cuenta con un gran arraigo de sus habitantes".

Cornago es un asentamiento rural de serranía, a 85 kilómetros de Logroño, alejado de los grandes núcleos de producción, y de las principales vías de comunicación. Su actividad económica es básicamente agrícola y ganadera, completada con una importante participación en las campañas agrícolas del valle del Ebro y con actividades prácticamente artesanales para la industria del calzado de la zona. Su población actual, en torno a los novecientos habitantes, es aproximadamente la mitad de la que contaba a principios de siglo. La media de matrimonios es de tres a cinco por año. Su nivel de renta sobrepasa ligeramente las 160.000 pesetas por habitante.

En este proyecto se quiebra el concepto tradicional de restauración del patrimonio edificado en su aspecto físico. Las actuaciones en Cornago van encaminadas simultáneamente, y como condición imprescindible, hacia la racionalización de los medios y formas de producción. "El urbanismo por sí solo", dicen los arquitectos, "no puede resolver absolutamente nada, es una faceta secundaria. Si no actuamos en el ámbito socioeconómico, la rehabilitación no se debería siquiera intentar".

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