Música sin acción

Para su primera película Josecho San Mateo ha prescindido de la necesidad de una historia para en su lugar, relatar el estado de ánimo de su protagonista, un hombre joven a la contra, que no encuentra entre quienes le rodean un estímulo suficiente para vivir con la suficiente alegría.Las situaciones se suceden acumulativamente sin que el desarrollo de la película concrete una progresión profundizada de la vida de este hombre. Los personajes con los que se encuentra son en general pintorescos y en ellos ha volcado el director el humor que Percusión encierra. Un humor distorsionado...

Para su primera película Josecho San Mateo ha prescindido de la necesidad de una historia para en su lugar, relatar el estado de ánimo de su protagonista, un hombre joven a la contra, que no encuentra entre quienes le rodean un estímulo suficiente para vivir con la suficiente alegría.Las situaciones se suceden acumulativamente sin que el desarrollo de la película concrete una progresión profundizada de la vida de este hombre. Los personajes con los que se encuentra son en general pintorescos y en ellos ha volcado el director el humor que Percusión encierra. Un humor distorsionado en el que, no obstante, incluye frecuentemente chistes de escasa calidad.

Domina Josecho San Mateo el arte del encuadre y tiene un excelente gusto para las localizaciones. Ayudado por una espléndida fotografía de Angel Luis Fernández, la película tiene en todo momento un respetable tono plástico, que muestra el cuidado con que ambos se han planteado la puesta en escena. Kevin Ayers, por su parte, es un actor dúctil, relajado e interesante.

Lo que le ha faltado a Josecho San Mateo es una mayor ambición en sus planteamientos y un rigor en el guión que, además, no eliminara su capacidad imaginativa. Percusión es una buena carta de presentación para un profesional que quiere seguir dirigiendo películas, pero no es la primera obra de un autor. Exigiéndose más en futuras ocasiones, San Mateo merecerá probablemente su lugar en el sol.