Detenido en Roma un búlgaro como cómplice en el atentado contra el Papa

El ciudadano búlgaro Sergy Ivanov Antonov fue encarcelado ayer en Roma acusado de "participación activa" en el atentado contra el papa Juan Pablo II perpetrado el 13 de mayo del año pasado por el neofascista turco Alí Agca.

La noticia tuvo una especial resonancia. Las emisoras de radio y la televisión abrieron con ella sus servicios informativos. Ivanov tiene 34 años. Nació en Sofía, el 11 de julio de 1948, y fue. detenido, a las nueve de la mañana, en las oficinas romanas de la agencia de viajes de la compañía aérea de Bulgaria, donde trabajaba.Los primeros sorprendidos por la rápida a...

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El ciudadano búlgaro Sergy Ivanov Antonov fue encarcelado ayer en Roma acusado de "participación activa" en el atentado contra el papa Juan Pablo II perpetrado el 13 de mayo del año pasado por el neofascista turco Alí Agca.

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La noticia tuvo una especial resonancia. Las emisoras de radio y la televisión abrieron con ella sus servicios informativos. Ivanov tiene 34 años. Nació en Sofía, el 11 de julio de 1948, y fue. detenido, a las nueve de la mañana, en las oficinas romanas de la agencia de viajes de la compañía aérea de Bulgaria, donde trabajaba.Los primeros sorprendidos por la rápida acción de la policía fueron sus propios compañeros de trabajo, que no tenían la menor sospecha. Todos ellos aseguran reiteradamente que la conducta de Ivanov Antonov es irrepochable.

La policía, en el momento de poner las esposas a Ivanov, en su misma oficina, le requisé también un paquete de documentos escritos en búlgaro que tenía encerrados bajo llave en el cajón de su mesa. Una operación similar llevaron a cabo los carabinieri en su casa.

A las dos de la tarde, los informativos de televisión del canal 1 anunciaron -por cierto, con una frase desafortunada- que "el búlgaro va a ser mostrado a los periodistas". Pero la esperada aparición no se había producido hasta las primeras horas de la noche de ayer.

En fuentes policiales se asegura que no habrá más noticias, al encontrarse el caso bajo el secreto sumarial. La orden de detención y de prisión de Ivanov fue dada a los carabinieri por el juez instructor llario Martella, encargado de la investigación sobre el atentado contrá el Papa en la plaza de San Pedro.

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Al parecer, la policía italiana ha llegado a la detención del búlgaro Ivanov gracias a las pistas que consiguió de otros servicios secretos internacionales que han colaborado con la justicia italiana para descubrir quién está detrás de Alí Agca y así poder demostrar la tesis sostenida por los magistrados italianos de que se trata de un compló internacional.

Por el momento, son ya cuatro las personas acusadas de haber tomado parte directa o indirectamente en el atentado de la plaza de San Pedro: Alí Agca, encarcelado en una prisión italiana de máxima seguridad, en Asco Piceno, después de haber sido condenado a cadena perpetua; Amar Baggi, un . carnicero turco perteneciente a los Lobos Grises, organización turca de extrema derecha; Cedar Celibi, presidente de la Federación para la Promoción de la Cultura Turca, también vinculado a la extrema derecha (de este último, ' la Magistratura italiana no ha obtenido aún el permiso de extradición de la República Federal de Alemania, donde fue detenido el mes pasado; allí se trasladó el juez Martella la semana pasada para interrogar al sospechoso en una cárcel de Francfort), y, por último, el búlgaro Ivanov.

No ha sido posible conocer los motivos que han llevado al juez italiano a encarcelar al nuevo acusado por el atentado contra el Papa. Tampoco se sabe si esto se debe al interrogatorio, los días pasados, de Cedar Celibi.

De cualquier modo, desde hace tiempo se hablaba de una posible pista búlgara en el atentado de la plaza de San Pedro. Lo había declarado a EL PAÍS el pasado mes de agosto, el subsecretario democristiano Francesco Mazzola, que era el responsable de los servicios de seguridad en la Presidencia del Gobierno durante el período en que tuvo lugar el ataque a Juan Pablo II, el cual, según afirman algunos íntimos colaboradores suyos, está convencido de que si hay una pista búlgara, ésta acaba, sin embargo, más allá. Es decir, en la Unión Soviética.

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