Los Reyes inauguraron la antológica de Murillo en las nuevas salas del Prado

Algo más de una hora duró la visita con la que los Reyes de España, don Juan Carlos y doña Sofía, inauguraron ayer la exposición antológica de Murillo. Con esta muestra, en la que se exhiben 77 óleos y 24 dibujos, el Ministerio de Cultura español, junto con la Royal Academy of Arts de Londres celebra el tricentenario de la muerte del pintor. La antológica, que ocupa la sala central del Museo del Prado hasta el 12 de diciembre, se exhibirá después en Londres.

La inauguración de la exposición Murillo (16171 1682), que, según los críticos, supone una verdadera revisión del pintor sevil...

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Algo más de una hora duró la visita con la que los Reyes de España, don Juan Carlos y doña Sofía, inauguraron ayer la exposición antológica de Murillo. Con esta muestra, en la que se exhiben 77 óleos y 24 dibujos, el Ministerio de Cultura español, junto con la Royal Academy of Arts de Londres celebra el tricentenario de la muerte del pintor. La antológica, que ocupa la sala central del Museo del Prado hasta el 12 de diciembre, se exhibirá después en Londres.

La inauguración de la exposición Murillo (16171 1682), que, según los críticos, supone una verdadera revisión del pintor sevillano del Siglo de Oro, no tuvo discursos aunque sí brillantez social. Los Reyes, don Juan Carlos y doña Sofía, hicieron el recorrido guiados por el especialista en Murillo y uno de los motores de esta exposición, Diego Angulo, y por el director del Museo del Prado, Federico Sopeña, quienes les fueron haciendo notar algunas particularidades de las obras expuestas, muchas de las cuales lo eran por primera vez en España.En el grupo presidencial iba también la ministra de Cultura, Soledad Becerril, y personalidades de su departamento, y con ellos lo más destacado del mundo diplomático, especialmente el ex ministro de Asuntos Exteriores británico, Lord Carrington, y el comisario de exposiciones de la Royal Acaderny of Arts de Londres, Norman Rosenthal.

Norman Rosenthal, que ha seleccionado los cuadros junto al profesor Alfonso Pérez Sánchez, había asistido anteyer también a la conferencia de Prensa en la que se presentó la exposición a los medios informativos, junto a la ministra de Cultura y el director general de Bellas Artes, Alfredo Pérez de Armiñán, el director del Museo del Prado, Federico Sopeña, y la comisaria de esta exposición y subdirectora del Museo, Manuela Mena. Todos ellos hicieron públicos los datos fundamentales de la exposición y presentaron el catálogo editado por la Fundación March. Entre las novedades que el Museo del Prado hace coincidir con esta exposición de Murillo está la casi consecución de una nueva sala de ex posiciones itinerantes, que permita mantener el fondo a exhibir en su sitio. Según fuentes oficiosas, esta sala que haría de la exposición de Murillo la última que desaloja fondos normales, en este caso pintura de los siglos XVI y XVII, estará lista para ser utilizada dentro de tres meses. La otra novedad es la cafetería, diseñada y decorada por Gustavo Torner, que fue abierta al público junto con la muestra.

El propósito fundamental de esta exposición está, como señala Federico Sopeña, en "partir del recuerdo popular de las estampas de Murillo, para, desde ahí, mostrar el enorme pintor que es". Los cuadros más espectaculares son, quizá, La sagrada familia del pajarito, que pertenece a los fondos del Prado, la Inmaculada del Museo de Sevilla, el Muchacho riendo, apoyado en una ventana, de la National Gallery de Londres, y los cuadros que recogen escenas de niños. Los más sorprendentes son, tal vez, los retratos y los dibujos.

En cualquier caso, esta exposición, en la que destaca la perfecta restauración de los cuadros que han necesitado la intervención de los especialistas del Prado, hará subir la estrella de Bartolomé Esteban. Murillo (1617-1682), un pintor mal considerado en este siglo, por demasiado blando en comparación con sus contemporáneos, después de una inmensa popularidad en la época romántica, desde finales del XVIII y todo el XIX, y tal vez por eso.

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