La excepcional clase de los Santa Coloma

ENVIADO ESPECIAL Todos los años hay toros de Santa Coloma en la feria de Almería, porque esta casta se mantiene pura y la excepcional embestida de sus productos gusta a la afición local. Aunque esa afición sea torerista, admira el toro, y lo aplaude, cuando sale con seria boyantía, como la que tuvieron varios de los ejemplares de ayer, propiedad de Joaquín Buendía.Entre todos hubo dos de mayor interés, que fueron el segundo y el sexto. Aquél, cardenito terciado, muy en el tipo de la casa, acudía de largo al caballo, en el que recargaba crecido. Para la muleta resultó noble, aunque se distraía ...

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ENVIADO ESPECIAL Todos los años hay toros de Santa Coloma en la feria de Almería, porque esta casta se mantiene pura y la excepcional embestida de sus productos gusta a la afición local. Aunque esa afición sea torerista, admira el toro, y lo aplaude, cuando sale con seria boyantía, como la que tuvieron varios de los ejemplares de ayer, propiedad de Joaquín Buendía.Entre todos hubo dos de mayor interés, que fueron el segundo y el sexto. Aquél, cardenito terciado, muy en el tipo de la casa, acudía de largo al caballo, en el que recargaba crecido. Para la muleta resultó noble, aunque se distraía un poquitín a la salida de los pases, y Luis Reina le hizo una larga faena, incolora, sin ligazón, buena para el olvido. El sexto, bravo en todos los tercios, tomó un buen puyazo con mucha fijeza y hasta la muerte fue pastueño cabal. Pepín Jiménez obtuvo con este toro un éxito de clamor.

Plaza de Almería

28 de agosto. Ultima corrida de feria.Toros de Joaquín Buendía, terciados, flojos, con casta. Jorge Gutiérrez. Estocada tendida caída (vuelta) / Media tendida caída (silencio). Luis Reina. Dos pinchazos y descabello (aplausos) / Estocada baja (dos orejas). Pepin Jiménez. Media perpendicular (dos orejas) / Pinchazo y media estocada caída (dos orejas y rabo).

"Cuidado con los Santa Coloma", dicen taurinos, y tienen razón, pues no suelen ser fáciles. La casta del toro aflije al torero que no lo es de ley -hay muchos así en la actualidad- el cual prefiere al toro sin viveza, pasivo, tontorrón, que le permita colocarse y no le fuerce a trazar cada suerte con precisión técnica y valor estoico. Por eso tuvo mérito la faena de Pepín Jiménez, que si no templó en todos los pases, ligó, aportó variación e imprimió empaque y gusto a dos series de naturales que ejecutó, como quien dice, en un palmo de terreno.

Era un Buendía-Santa Coloma bravo y noble, propio para que un torero con decisión saliera a hombros por la puerta de la avenida de Vilches -que los toreros triunfadores salen en Almería a hombros por la puerta de la avenida de Vilches-. No es la del Príncipe, idigo!, pero lo será. Por esa puerta salió Pepín, a hombros de sus enfervorizados paisanos, llegados expresamente de Lorca para esta corrida. También salió Luis Reina, encima de costaleros, pues había estado valiente y decoroso con el quinto, que fue perdiendo embestida en el transcurso de la larga faena y, además, en el volapié, le persiguió el Santa Coloma encastado, que llegó a rasgarle la taleguilla de un gañafón. Y ya es sabido cómo se calienta el público con estos aparatosos sucesos.

Peor suerte tuvo Jorge Gutiérrez con su lote. Los dos toros, flojos, se le paraban en el centro de la suerte y no pudo hacer otra cosa que porfiar y porfiar. Se quedó, muy a su pesar, sin la gloria de salir por la puerta de la avenida de Vilches, y el inefable presidente, de paso, sin oportunidad de regalarle esas orejas que nadie pide, lo cual, está demostrado, le rechifia.

Pero regaló un rabo. El día anterior se lo negó a Ruiz Miguel, a pesar de que el gaditano había hecho una de las faenas mas importantes de la temporada, y ayer se lo concedió a Pepín Jiménez, que no alcanzó a hacer tanto toreo con mejor toro. El presidente es el, garbanzo negro de la plaza de Almería. Para la próxima feria sería conveniente que la autoridad superior designara otro con algún conocimiento del espectáculo, respeto para el reglamento y más acorde con la categoría de la feria almeriense, que está en alza. El aludido funcionario, puede irse, en buena hora. Si le place por la puerta de la avenida de Vilches, pues por ahí.

Antes de empezar la corrida, después del paseillo, representantes de las peñas le hicieron entrega a Luis Reina del trofeo al triunfador de la feria almeriense de 1981. En la actual se perfilan como triunfadores Pépín Jiménez y Ruiz Miguel.

La feria de Almería, que empezó muy floja a causa de la escasa presentación y fuerza de la reses, se enderezó con la encastada corrida del pasado viernes, hasta el punto de que esta fue una de las mejores de toda la temporada.

El público almeriense es inequivocamente toreristia, pero cada vez va tomando mayor conciencia de la categoría que adquiere el espectáculo cuando se lidia el toro reglamentario y con casta. No se trata de que salga la res aparatosa que exigen aficiones más severas, pero el toro de trapío, en los términos que se ajustan a cada casta, lo agradece este público y en tal sentido se pronunciaba con respecto a la emoción que dieron los Guardiola lidiados en la mencionada corrida del viernes.

En este festejo, Ruiz Miguel cuajó una faena de gran emoción y poderío y también actuaron con entrega y garra Luis Francisco Esplá y José Luis Palomar. Los tres toreros son, precisamente, quienes componían el cartel de la memorable corrida televisada el pasado 1 de julio y la plaza de Almería los recibió con una enorme ovación y los hizo saludar después del paseíllo montera en mano.

Tiene Ruiz Miguel, Esplá, y Palomar, en estos momentos, una popularidad que ya ha perdido la mayor parte de las figuras. Y la refuerzan, tarde a tarde, con actuaciones tan meritorias como las que realizaron los tren frente a los Guardiola.

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