Crítica:

Zarzuela sin escena en la 'catedral' del género lírico

Jorge Rubio, director musical del Teatro de la Zarzuela, ha querido, en estos días veraniegos, subir a la escena de la calle de Jovellanos a la Orquesta Sinfónica que, habitualmente, realiza su labor colaboradora en el foso. Y lo ha hecho sin pretensiones, con el solo propósito de cultivar, ente nosotros, un estilo de audiciones habitual en otros medios: las dedicadas a la música que los alemanes denominan unterhaltung, llamada por los españoles de entretenimiento y, hace años, de modo popular, clasificada como música de la hora del oyente, es decir, lo que los...

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Jorge Rubio, director musical del Teatro de la Zarzuela, ha querido, en estos días veraniegos, subir a la escena de la calle de Jovellanos a la Orquesta Sinfónica que, habitualmente, realiza su labor colaboradora en el foso. Y lo ha hecho sin pretensiones, con el solo propósito de cultivar, ente nosotros, un estilo de audiciones habitual en otros medios: las dedicadas a la música que los alemanes denominan unterhaltung, llamada por los españoles de entretenimiento y, hace años, de modo popular, clasificada como música de la hora del oyente, es decir, lo que los peticionarios solían demandar de sus emisoras más escuchadas, en los programas de primera hora de la tarde.Como a fin de cuentas se trata de una orquesta lírica, el programa se confeccionó con fragmentos instrumentales de ópera, opereta y zarzuela. La rossiniana Urraca ladrona (La gazza ladra), la suite formada por la obertura y los intermedios de Carmen, de Bizet, y la obertura de Poeta y aldeano, del belga-austriaco Franz von Suppé, dieron paso a los aires familiares de Chueca, Giménez, Guridi, Luna, Vives y Moreno Torroba, recibidos con mucho agrado por un público adicto que aplaudió a los sinfónicos (jóvenes en su mayoría) y a Rubio.

El programa, dados los días, tendrá continuidad los próximos 23 y 24, con páginas de Verdi, Mascagni, Rossini, Wagner, Bretón, Usandizaga, Guridi, Marqués y Chapí. Todo un ejercicio de recordación de lo ya sabido y tantas veces escuchado en las grabaciones de grandes orquestas nacionales y extranjeras.

Con todo, viene a resultar un tanto contradictorio que, mientras se hace zarzuela en el Centro de la Villa, en el palacio del Progreso, en La Corrala o la plaza Mayor, el teatro que lleva el nombre del género, una de sus grandes sedes en la historia, reduzca sus actividades veraniegas a estos simpáticos conciertos. Sobre todo si tenemos en cuenta que se trata de un teatro oficial.

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