Crisis en la historia

Lo que suele llamarse "crisis de la vanguardia" -nos dice Pleynet-, es un acontecimiento que, en realidad, debe aplicarse a nuestra historia."A menos de 25 años del final del siglo XX, hemos llegado a un punto en el que cesamos de creer en el desarrollo lógico de esa historia. Sabemos hoy que esa historia no cumple las expectativas del pensamiento racional del siglo XIX y comienzos del siglo XX. El desarrollo coherente de esa historia no conducía, como creíamos, al bienestar del hombre. El progreso técnico y científico no es, necesariamente, una condición de bienestar"."Pero, sobre todo, ha oc...

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Lo que suele llamarse "crisis de la vanguardia" -nos dice Pleynet-, es un acontecimiento que, en realidad, debe aplicarse a nuestra historia."A menos de 25 años del final del siglo XX, hemos llegado a un punto en el que cesamos de creer en el desarrollo lógico de esa historia. Sabemos hoy que esa historia no cumple las expectativas del pensamiento racional del siglo XIX y comienzos del siglo XX. El desarrollo coherente de esa historia no conducía, como creíamos, al bienestar del hombre. El progreso técnico y científico no es, necesariamente, una condición de bienestar"."Pero, sobre todo, ha ocurrido en este siglo algo que es absolutamente nuevo en la historia de lit humanidad: la invención lógica), científica, mediante la cual los hombres" se otorgan la capacidad de destruirse a sí mismos en cuanto que especie. Eso crea un agujero en la idea de progreso y en la lógica de la historia".

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"Aquello que entendemos generalmente por vanguardias era algo que se situaba a la cabeza de una corriente que, supuestamente, era obligatorio seguir. Hoy nos damos cuenta, y de ahí mi interés por Picasso, de que las obras del siglo XX no se han desarrollado de modo lineal, sino que abren la posibilidad de un millón de corrientes. Por primera y vez existe la posibilidad de una visión no lineal, sino panorámica, de la historia, que la reconsidera de modo global, y que no debería ser ni oportunista ni anarquizante".

"La ideología de las vanguardias era una ideología del progreso del arte, de desarrollo lógico de las formas, que alcanzaba, a veces, niveles de aberración. Esa supuesta, "crisis de las vanguardias" no es, tal, sino una crisis de nuestra percepción de la creación artística y, de la historia. En mi opinión, ese se manifiesta en los pintores, más, que cómo crisis, como sentimiente, de euforia y libertad. Eso diferencia a los jóvenes de los artistas, pertenecientes a generaciones anteriores, cuya mirada permanecia fija en una evolución que había alcanzado una pobreza ejemplar".

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