El Reino Unido reconquista las Malvinas

En las Malvinas se vuelve a circular por la izquierda

En las Malvinas se vuelve a circular por la izquierda y la enseñanza en la escuela es de nuevo en inglés. El futuro de las islas es incierto, y aún pasarán seis meses antes de que se empiece a despejar. El almirante John Woodward, comandante del destacamento naval británico, afirmó ayer que cientos de prisioneros de guerra podrían morir de frío, desnutrición o enfermedades si Argentina no declaraba el cese de las hostilidades en el Atlántico sur. Woodward y el Gobierno británico han hablado de 15.000 prisioneros de guerra. El general Jeremy Moore, comandante de las fuerzas británicas en tierra...

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En las Malvinas se vuelve a circular por la izquierda y la enseñanza en la escuela es de nuevo en inglés. El futuro de las islas es incierto, y aún pasarán seis meses antes de que se empiece a despejar. El almirante John Woodward, comandante del destacamento naval británico, afirmó ayer que cientos de prisioneros de guerra podrían morir de frío, desnutrición o enfermedades si Argentina no declaraba el cese de las hostilidades en el Atlántico sur. Woodward y el Gobierno británico han hablado de 15.000 prisioneros de guerra. El general Jeremy Moore, comandante de las fuerzas británicas en tierra, aseguró ayer que eran en realidad poco más de 8.000 hombres y que no había ningún problema de alimentación.

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El Ministerio de Defensa en Londres se defendió asegurando que el recuento de los prisioneros no había sido aún completado. El portavoz oficial, Ian McDonald, afirmó que había sido el general Mario Benjamín Menéndez, gobernador argentino de las Malvinas por 74 días, el que había dado la cifra de 15.000. Otros oficiales argentinos habían reducido posteriormente este número de prisioneros.Moore, según diversos corresponsales de guerra, señaló que los británicos habían hecho 6.200 prisioneros en Port Stanley, 1.400 en Goose Green -de los cuales unos mil habían sido ya repatriados- y 1.600 en la Gran Malvina. En total, unos 8.200 argentinos en manos de los británicos. Moore, cuyas desavenencias con sus superiores no son novedad, está sobre el terreno. Woodward, sobre el portaviones Hermes. El Gobierno, en Londres.

Esta confusión de datos se produce en un día abierto con un mensaje de Woodward. En él, el almirante hablaba de que pronto podría tener en sus manos un problema de dimensiones catastróficas con los prisioneros, muchos de los cuales padecen de hipotermia, desnutrición y otras enfermedades. "Pero si tengo que elegir entre la defensa (de las fuerzas) y las líneas de suministros", aquélla tendrá preferencia, aseguró. "Los argentinos deben entender que no pueda mantener a sus tropas secas, calientes y alimentadas, mientras estemos aún sujetos a ataques. Tienen que afrontar los hechos y acordar el cese de todas las hostilidades", señaló Woodward.

Según Moore, los prisioneros tienen alimentos a pesar del bloqueo de los días pasados. Aviones Hércules británicos lanzan suministros con paracaídas. Para algunos corresponsales de guerra, el frío es el mayor problema. Cientos de tiendas de campaña que hubieran servido de cobijo para los prisioneros se fueron a pique con el carguero Atlantic Conveyor. Por su parte, el comandante jefe de la flota, almirante sir John Fieldhouse, acusó ayer en Northwood (Inglaterra) a Argentina de no querer cooperar en lo más mínimo en la organización de la repatriación de estos prisioneros de guerra.

Los prisioneros serán repatriados a Argentina, posiblemente a Santa Cruz, en barcos mercantes, según un corresponsal de guerra, y la operación podría estar completada en una semana.

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La primera ministra, Margaret Thatcher, ha indicado que podría retener a algunos oficiales argentinos hasta que Buenos Aires acepte un cese de las hostilidades en toda la zona. En este sentido van también las palabras de Woodward, aunque no haya habido ningún informe de hostilidades por parte de Argentina desde la rendición de sus fuerzas.

El corto texto de esta rendición, firmada por Moore y Menéndez, fue publicado ayer tarde. Al mediodía, en una entrevista en la BBC, el titular del Foreign Office, Francis Pyrn, aseguró que aún no había visto el texto completo de la capitulación, firmado 36 horas antes. Este texto cubre solo las islas Malvinas, y Pym busca algo "diferente a un acuerdo entre dos comandantes sobre el terreno". El Foreign Office esperaba ayer noche una "respuesta autorizada" argentina a su petición de un cese total de las hostilidades, propuesta hecha a través del Gobierno suizo. Si esta respuesta es positiva, Pym está dispuesto a levantar las sanciones económicas contra Argentina.

Según los corresponsales de guerra, entre las toneladas de armamento entregadas por los argentinos figuran misiles tierra-mar Exocet. Uno de ellos fue el que alcanzó al destructor Glamorgan. Miles de argentinos hacían ayer cola para entregar sus armas. A algunos de sus oficiales se les permitió conservar sus pistolas, quizá para hacer frente, si fuera necesario, a sus propias tropas.

Londres quiere reducir la dimensión colonial del archipiélago. Su gobernador, Rex Hunt, volverá pero como comisario civil. Sobre él, aseguró Pym estará el general Moore. Algunos isleños han hablado de una integración completa de las Malvinas en Gran Bretaña. Por su parte, la primera ministra ha esbozado tres posibilidades: independencia, estado asociado y autonomía gubernamental.

La oposición quiere implicar a las Naciones Unidas en la administración de las islas. Thatcher, no Pym no ve ninguna posibilidad de negociaciones con Argentina, aunque admitió que con el tiempo se podrían lograr algunos acuerdos comerciales.

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