El mundo del cine dice adiós a Fassbinder en un entierro multitudinario

Cientos de personas, entre ellas muchos famosos del mundo del es pectáculo y simples aficionados, se despidieron ayer en el cementerio sur de Munich del realizador cinematográfico alemán Rainer W. Fassbinder, fallecido el pasado 10 de junio a la edad de 36 años en plena actividad creadora. Era uno de los principales autores del nuevo cine alemán y su obra esta ha reconocida internacionalmente por su gran originalidad y por su capacidad para crear un mundo nuevo.Fassbinder fue encontrado muerto el pasado jueves, y se sos pecha que el fallecimiento fue un accidente provocado por una sobredosis d...

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Cientos de personas, entre ellas muchos famosos del mundo del es pectáculo y simples aficionados, se despidieron ayer en el cementerio sur de Munich del realizador cinematográfico alemán Rainer W. Fassbinder, fallecido el pasado 10 de junio a la edad de 36 años en plena actividad creadora. Era uno de los principales autores del nuevo cine alemán y su obra esta ha reconocida internacionalmente por su gran originalidad y por su capacidad para crear un mundo nuevo.Fassbinder fue encontrado muerto el pasado jueves, y se sos pecha que el fallecimiento fue un accidente provocado por una sobredosis de somníferos, ya que el realizador sufría con frecuencia de insomnio. Junto a su cama, donde fue hallado por una compañera de trabajo, había, en el momento de descubrirse su cadáver, botellas vacías de bebidas alcohólicas y algunos medicamentos somníferos.

Prendas favoritas

La autopsia practicada al cadáver no dio ningún resultado que contribuyese a esclarecer la causa de la muerte del prolífico realizador, el análisis de alcohol en la sangre resultó negativo y los amigos de Fassbinder parecen excluir la posibilidad de que se suicidara en un momento de depresión, pues su única medicina contra la depresión era el trabajo, al que se entregó febrilmente toda su vida.Los restos de Fassbinder iban depositados en un ataúd de madera de roble, adornado con orquídeas de color violeta, y el cadáver llevaba puestas las prendas favoritas del realizador: camisa a cuadros, vaqueros y cazadora de cuero.

La que fue su actriz favorita, Hanna Schygulla (Lili Marlen, El matrimonio de María Braun), pronunció en el cementerio unas palabras, que hicieron saltar las lágrimas a muchos de los presentes, entre los que se encontraban otros directores del nuevo cine alemán, como Vilker SchIoendorff, Alexander Kluge, Werner Schroeter, Margarethe von Trotta y Hark Bohin.

"¿Quién tendrá hora esa mirada y esa poesía capaz de desnudar al actor; quién descubrirá nuevos rostros y redescubrirá a los ya conocidos?", preguntó Hanna Schygulla, que fue su gran descubrimiento.

Durante la ceremonia sonó una cinta magüetofánica con música de algunas películas de Fassbinder, entre ellas Berfin Alexanderplatz, realizada para la televisión, Lola y la conocida melodía de Lili Marlen, cantada por la propia Schygulla.

Los restos del malogrado director serán próximamente incinerados en el pequeño cementerio de artistas de Bogenhausen, también en la capital bávara, donde ya descansa, entre otros, el conocido escritor Erich Kaestner (Emilio y los detectives).

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