El próximo martes cesa, por cumplir la edad reglamentaria, el teniente general Quintana

El próximo martes día 13 el capitán general de Madrid, Guillermo Quintana Lacaci, cumple la edad marcada por la nueva ley de la reserva activa para dejar el mando que ostenta desde el 24 de abril de 1979. La actitud del general Quintana, que ha cumplido tres años al frente de la I Región Militar, fue la clave decisiva para abortar la intentona del 23-F. Ahora, el nombramiento de quien haya de sucederle, que figura en el orden del día del inmediato consejo de ministros previsto para el viernes día 16 de abril, concentra el interés de los medios políticos y militares. Las especulaciones periodís...

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El próximo martes día 13 el capitán general de Madrid, Guillermo Quintana Lacaci, cumple la edad marcada por la nueva ley de la reserva activa para dejar el mando que ostenta desde el 24 de abril de 1979. La actitud del general Quintana, que ha cumplido tres años al frente de la I Región Militar, fue la clave decisiva para abortar la intentona del 23-F. Ahora, el nombramiento de quien haya de sucederle, que figura en el orden del día del inmediato consejo de ministros previsto para el viernes día 16 de abril, concentra el interés de los medios políticos y militares. Las especulaciones periodísticas han barajado las candidaturas de los tenientes generales José Sáenz de Santa María, Manuel Saavedra Palmeiro y Gerardo Mariñas Romero como las probables.

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El teniente general Guillermo Quintana Lacaci nació en El Ferrol el 6 de julio de de 1916 en el seno de una familia gallega con tradición militar de padres y abuelos, continuada en la generación siguiente por sus cuatro hijos varones, de los cuales dos son capitanes de Infantería y otros dos alféreces de navío.Al actual capitán general de Madrid le corresponde el pase a la situación "B", precisamente el martes 13 de abril.

Ascensos y destinos

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El escalafón de oficiales generales y asimilados señala el 21 de enero de 1936 como fecha de ingreso del general Quintana en el servicio, pero, en sus apuntes biográficos, figura el año anterior, 1935, como el de su entrada en la Academia General Militar de 7aragoza, tras superar el primer año de Ciencias Exactas en la Universidad de Santiago de Compostela, cumpliendo así la exigencia previa que entonces estaba vigente para iniciar la carrera de las armas.

Entre sus destinos figuran las siguientes unidades: regimiento de Infantería Zamora número 8, IV Tabor de Regulares de Ceuta, regimiento mixto 88, regimiento 269 de la división española de voluntarios, regimiento de Infantería Zaragoza número 12. De comandante y teniente coronel prestó servicio en el regimiento de la Guardia del Jefe del Estado, del que ostentó el mando al ascender a coronel. Como general de brigada fue destinado al mando de la de Alta Montaña número 5, en Jaca y posteriormente, en diciembre de 1973, fue nombrado director de la Academia General Militar de Zaragoza.

Candidatos al mando

El general Quintana ganó la Medalla Militar Individual y otras muchas condecoraciones, entre las que pueden citarse, la gran cruz de San Hermenegildo y la gran Cruz Militar con distintivo blanco. Medios bien informados estiman que, con ocasión de cesar en el mando de la I Región Militar y en reconocimiento de sus excepcionales servicios y de la lealtad mostrada en circunstancias tan difíciles como las del 23-F, al general Quintana le será concedida una de las más altas condecoraciones oficiales del Estado.

En medios políticos y militares se presta gran atención al nombramiento del nuevo capitán general de la I Región Militar que habrá de hacer el consejo de ministros en la reunión que tiene convocada para el próximo viernes, día 16. Todas las evaluaciones coinciden en señalar la excepcional importancia que el primer mando militar de Madrid tiene como garantía frente a intentonas como la fracasada el 23 de febrero del pasado año. La inequívoca lealtad de Quintana Lacaci fue decisiva en aquella ocasión, como la propia vista de la causa está probando cada día, en las sesiones de Campamento. Además, el nombramiento, según medios políticos solventes, debe hacerse ponderando que la actividad golpista continúa en progreso y que no cabe descartar nuevos desarrollos de esa naturaleza. Las candidaturas más probables barajadas por la Prensa son las de los tenientes generales, José Sáenz de Santa María, actual capitán general de la VII Región Militar con sede en Valladolid, desde el 15 de enero último; Manuel Saavedra Palmeiro, capitán general de la II Región Militar con sede en Sevilla, nombrado para el cargo el 20 de agosto de 1981; Gerardo Mariñas Romero, jefe del Mando Superior de Personal del Ejército (MASPE), nombrado como el primero el 15 de enero de 1982.

Piedra de toque

Con ocasión de la visita que el ministro de Defensa hizo a la I Región Militar a comienzos de febrero pasado, el titular del mando, general Saavedra Palmeiro declaró a los periodistas que no era candidato al relevo de Quintana Lacaci y expresó su deseo de proseguir en Sevilla, donde lleva en diversos destinos desde julio de 1978. Allí se encontraba el 23-F, precisamente al mando de la división mecanizada "Guzmán el Bueno" número 2, aunque aquella tarde no pudo ser localizado por encontrarse en el cine. En cuanto al general Mariñas Romero, ha sido hasta su ascenso comandante general y delegado del Gobierno en Ceuta y anteriormente, por breve espacio de tiempo y con discutible acierto, director del CESID (Centro Superior de Información de la Defensa).

El nombre del teniente general Sáenz de Santa María es el que mayor seguridad ofrece según los medios políticos y militares consultados por EL PAÍS que destacan su irreprochable trayectoria militar, su indisimulado compromiso constitucional, su espléndida labor al frente del Cuerpo de la Policía Nacional, para el que consiguió ganar la confianza y la colaboración ciudadana y, especialmente, su actitud durante las horas del secuestro del Gobierno y los legisladores por Tejero y sus hombres aquel 23 de febrero. La decisión que adopte el Gobierno en este nombramiento servirá de piedra de toque para contrastar su voluntad democrática, según los propios medios del Estado Mayor del Ejército.

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