Un nieto de Manuel Llano ganó el premio de poesía José Hierro

El premio de poesía José Hierro para poetas jóvenes residentes en Santander, fue concedido a Rafael Pérez Llano, nieto del escritor cántabro Manuel Llano, fallecido tras la guerra civil y cuya última obra escrita El dolor de tierra verde está a punto de ser reeditada.El premio José Hierro está dotado con 50.000 pesetas y es una de las escasas posibilidades que las jóvenes generaciones de poetas tienen para dar a conocer su obra en Cantabria. El jurado que concedió el premio a Pérez Llano anunció su propósito de solicitar del Ayuntamiento de Santander, en razón de la calidad de los t...

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El premio de poesía José Hierro para poetas jóvenes residentes en Santander, fue concedido a Rafael Pérez Llano, nieto del escritor cántabro Manuel Llano, fallecido tras la guerra civil y cuya última obra escrita El dolor de tierra verde está a punto de ser reeditada.El premio José Hierro está dotado con 50.000 pesetas y es una de las escasas posibilidades que las jóvenes generaciones de poetas tienen para dar a conocer su obra en Cantabria. El jurado que concedió el premio a Pérez Llano anunció su propósito de solicitar del Ayuntamiento de Santander, en razón de la calidad de los trabajos presentados, la edición de una recopilación de la obra poética de los ganadores.

Este premio, concedido al nieto de Manuel Llano, coincide con el anuncio de la próxima publicación de la última obra del escritor cántabro, que falleció el 1 de enero de 1938. Una muerte en torno a la cual se han tejido numerosas hipótesis, que son objeto de estudio en estos momentos. De su muerte diría Gerardo Diego: "Así como otros mueren de aneurisma, a Manuel Llano lo mató la guerra". Extremo éste en el que coinciden todos los que conocieron al escritor al que la guerra civil afectó profundamente, debiendo sufrir, posteriormente, un total relegamiento por considerársele contrario a las ideas del bando vencedor.

Una de las anécdotas que mejor refleja esa situación se produjo mientras Manuel Llano trabajaba en el diario Alerta. Un amigo, posiblemente José María de Cossío, preguntó en el citado periódico por el escritor, informándole en la redacción, no sin cierto aire despectivo, que "ese señor trabaja en talleres"; Cossío, de forma tajante, respondería: "Si el único que sabe escribir en Santander trabaja en los talleres, ya puedo imaginarme qué periódico es ese".

Manuel Llano había nacido el 23 de enero de 1898 en Sopeña, en una familia muy pobre siendo su padre un pastor ciego. Desde niño Llano siguió el trabajo de éste, por lo que más tarde se le conocería como el sarruján -ayudante de pastor en los montes- de Carmona. De Llano, Cossío dijo que "no era un escritor costumbrista, era mucho más que eso; tampoco era un poeta, porque era más que un poeta". Era, añade, "un hombre que miraba al mundo como cuando se nace".

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