Entrevista:

José María Jover: "La tradición constitucional se consolidó en el siglo XIX"

Entrevista con el ganador del Premio Nacional de Historia de España

En la era isabelina y en el sexenio democrático del siglo XIX se crearon en España las bases del Estado moderno, ya que en él se consolidó una tradición constitucional, se intentó una reforma agraria en profundidad, se pretendió un acercamiento a Europa y se organizó una Administración moderna y centralizada que ha durado hasta este mismo momento de las autonomías. Estos son algunos de los aspectos vivos de esta época a juicio de José María Jover Zamora, director del volumen colectivo La era isabelina y el sexenio democrático (1834-1874), que acaba de obtener el Premio Nacional de Histo...

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En la era isabelina y en el sexenio democrático del siglo XIX se crearon en España las bases del Estado moderno, ya que en él se consolidó una tradición constitucional, se intentó una reforma agraria en profundidad, se pretendió un acercamiento a Europa y se organizó una Administración moderna y centralizada que ha durado hasta este mismo momento de las autonomías. Estos son algunos de los aspectos vivos de esta época a juicio de José María Jover Zamora, director del volumen colectivo La era isabelina y el sexenio democrático (1834-1874), que acaba de obtener el Premio Nacional de Historia de España.José María Jover Zamora, catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad Complutense de Madrid, se hizo cargo de la dirección de la Historia de España, iniciada en 1935 por Ramón Menéndez Pidal, hace tan sólo seis años. «Desde entonces he procurado», explica el autor, «darle a la obra colectiva una orientación nueva en el sentido de considerar, por una parte, sus aspectos más modernos y contemporáneos, y por la otra, hacerla plurisectorial en el sentido de que cada época lleve por lo menos tres niveles: el político, el socioeconómico y el cultural».

El historiador premiado explica que, sin romper el ritmo general de la obra, que hasta ahora lleva publicados 34 volúmenes, ha sustituido en el método de investigación histórica el bínomio «historia interna-historia externa» por los tres niveles reseñados. Esta misma estructura metodológica se aplicará también en los próximos volúmenes, que completarán al ahora premiado. Se trata de Las bases sociales y económicas de la España del siglo XIX y La época del romanticismo.

Cuando se le pide a Jover que haga un análisis comparativo entre la situación del siglo XIX y la actual y formule algunos términos similares o que permanezcan en la actualidad, el historiador explica de entrada «que no se trata de hacer política retrospectiva, aunque el historiador siempre plantea preguntas al pasado en función de sus circunstancias presentes. El presente nos suscita una serie de preguntas a las que el historiador no debe dar, en cuanto tal historiador, una respuesta política. Lo que sí sería aconsejable y positivo es que los políticos se acercaran con más frecuencia a la experiencia histórica acumulada».

A pesar de estas observaciones, José María Jover piensa que el período isabelino y el sexenio democrático tienen un valor especial porque es en ese tiempo cuando se gesta la España contemporánea. «En el libro hemos tratado de ver cuáles son esos aspectos, tanto negativos como positivos, que han permanecido sustentando de alguna manera los principios y las estructuras públicas de la vida española de hoy».

Entre los aspectos vivos de esta época del siglo XIX Jover señala en primer lugar el proceso de desamortización que conllevó «una revolución agraria». «Al no haberse realizado con acierto la reforma agraria, muy necesaria, por otra parte, empeoró la situación y se estableció un régimen desigual de posesión de la tierra, cuando se pretendía todo lo contrario, que ha durado hasta nuestros días»

En este mismo período se creó, según Jover Zamora, una tradición constitucional que, por desgracia, estuvo viciada en su funcionamiento con una serie de lacras electorales. «Durante el siglo XIX, a pesar de que se intentó mejorar la práctica constitucional, no se logró ni siquiera superar las diferencias entre ciudadano (persona integrada en una sociedad con plenos derechos civiles y políticos y con un sentimiento de seguridad en el sistema) y súbdito (persona que está sometida a una autoridad ajena a él mismo y sin los derechos del ciudadano). Ningún país ha implantado un régimen constitucional de una manera fácil, pero en el caso de España las dificultades se acrecentaban debido a las malas condiciones económicas y culturales».

Entre algunas de las bases positivas del siglo XIX que han perdurado en el siglo XX se encuentran, según el historiador Jover, la creación de una Administración del Estado moderna. «La consolidación de este Estado centralizado y sus manifestaciones conducen a un concepto contemporáneo de España».

Los aspectos culturales y éticos del período isabelino y el sexenio democrático, marcados, según Jover, por la creación de un mundo de utopías, sobre todo en las concepciones sociales; el intento del acercamiento a Europa y el auge del capitalismo español con todos sus condicionamientos, son algunas constantes que se han mantenido a lo largo de todo el siglo y han llegado hasta nuestra época.

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