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Presupuestos del Estado para 1982 y presupuestos locales

Los ingresos de los presupuestos locales que dependen de los Presupuestos Generales del Estado supusieron en 1980-1981 más del 50% de los ingresos totales ordinarios de los municipios. Los conceptos básicos a través de los cuales los presupuestos locales que dependen de los Presupuestos Generales del Estado supusieron en 1980-1981 más del 50% de los ingresos totales ordinarios de los municipios. Los conceptos básicos a través de los cuales los presupuestos estatales condicionan los presupuestos locales son los correspondientes a impuestos cedidos (contribución urbana y licencia fiscal) y a par...

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Los ingresos de los presupuestos locales que dependen de los Presupuestos Generales del Estado supusieron en 1980-1981 más del 50% de los ingresos totales ordinarios de los municipios. Los conceptos básicos a través de los cuales los presupuestos locales que dependen de los Presupuestos Generales del Estado supusieron en 1980-1981 más del 50% de los ingresos totales ordinarios de los municipios. Los conceptos básicos a través de los cuales los presupuestos estatales condicionan los presupuestos locales son los correspondientes a impuestos cedidos (contribución urbana y licencia fiscal) y a participación en impuestos estatales (el 10% de los impuestos indirectos en 1981). El proyecto de Presupuestos del Estado mantiene estabilizado en 1982 alguno de dichos conceptos impositivos (contribución urbana), lo que, unido a la desaceleración de las transferencias correspondientes a planes provinciales, va a forzar a los ayuntamientos a acudir en mayor medida al endeudamiento para conseguir un crecimiento similar al del Estado en sus gastos totales. En 1982 no va a producirse el necesario proceso de descentralización del gasto público en favor de las corporaciones locales, con lo que van a seguir manteniendo un escaso peso dentro del conjunto del gasto público.En el cuadro adjunto se han resumido los crecimientos monetarios correspondientes a las principales partidas de los presupuestos en 1981 y 1982. En lo que a los gastos se refiere, los rasgos básicos de los presupuestos de 1982 son los siguientes: se desaceleran profundamente los gastos salariales, como consecuencia del ANE; se aceleran las transferencias, para así reestructurar la financiación de la Seguridad Social (aumentan las dotaciones correspondientes desde 216.900 millones previstos en 1981 a 358.500 millones en 1982) y cubrir las consecuencias de la crisis (desempleo y transferencias corrientes a empresas públicas y privadas); el aumento real efectivo de la inversión pública es menos intenso de lo que exige la grave situación de desempleo, y, en fin, la aportación presupuestaria directa al crecimiento del PIB es moderada (unas cuatro décimas para el conjunto de las administraciones públicas). La crisis económica tiene su traslación inmediata en el importante aumento de las transferencias. Los crecimientos monetarios previstos para el PIB a precios de mercado hacen poco probable que se cumplan las previsiones de aumento de los impuestos indirectos, y de nuevo se echa en falta en las previsiones del año 1982 un ataque en profundidad al fraude fiscal.

Aspectos negativos para los municipios

Los presupuestos de las corporaciones locales, por el lado de los ingresos, se caracterizan por una fuerte concentración en un número reducido de partidas, correspondientes a impuestos indirectos, tasas y transferencias estatales, a pesar de la enorme proliferación de impuestos locales ahora existente.Hay algunos aspectos del proyecto de Presupuestos Generales del Estado que son particularmente negativos para los municipios. Así, por el lado de los ingresos, se mantienen los valores catastrales de la contribución urbana, con lo que en 1982 no va a aumentar una partida que supone en torno al 15% de los ingresos ordinarios totales; los cambios en el sistema de participación en los impuestos estatales (que se fija ahora en el 7% de los tributos estatales no cedibles a las comunidades autónomas) implican un crecimiento global medio del 20%, aproximadamente, en las transferencias del Estado en 1982 a los ayuntamientos. Este crecimiento va a ser menor en aquellos municipios que han perdido población. Otros conceptos destacados son la desaceleración del crecimiento de la partida relativa a planes provinciales y la falta de consignación presupuestaria para financiar el déficit de las empresas municipales de transporte público.

Para que los ayuntamientos registrasen en 1982 crecimientos en sus presupuestos de gastos similares a los del Estado (26,6%) sería preciso que la fiscalidad autónoma de los mismos experimentase aumentos inviables.

Obligados a mayor endeudamiento

Por tanto, si los ayuntamientos quieren llegar en 1982 a crecimientos en sus gastos totales similares a los del Estado, están obligados a acudir al endeudamiento en bastante mayor medida que el propio Estado.La restricción que el proyecto del Gobierno impone al crecimiento de los gastos corrientes no salariales de todas las corporaciones locales (7,5%, según el artículo 21), encaminada a que éstos generen ahorro de forma forzosa, además de su dudosa constitucionalidad, al ser una medida general se convierte en una barbaridad particularizada. Hay ayuntamientos que por el solo efecto del censo van a ver crecer sus ingresos de forma espectacular, y no tiene, ninguna lógica encorsetarles de esa forma. Por otro lado, el Gobierno podría predicar con el ejemplo y no asignarse para sí un crecimiento del 20,5%. El Gobierno parece entender lo de apretarse el cinturón siempre en pantalón ajeno.

Los Presupuestos del Estado de 1982 no van a contribuir, pues, ni a aliviar la difícil situación de muchas corporaciones locales, ni a favorecer una mayor autonomía de las mismas, ni a establecer el marco adecuado para que las corporaciones locales adopten sus decisiones de financiación de la forma más racional posible.

Joaquín Leguina y Julio Rodríguez son concejales del PSOE.

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