Preocupa el estado de la laguna navarra de Pitillas

Desde hace tres meses, la laguna de Pitillas, la más grande de la provincia de Navarra, considerada como una zona de especial importancia en las rutas de las aves migratorias, permanece totalmente seca, y han muerto todas las especies piscícolas que poblaban la balsa. Los tres kilómetros cuadrados de la laguna son hoy una zona de tierra reseca abierta, que deberá ser repoblada para que alcance su antiguo ecosistema.La laguna de Pitillas, situada a unos 45 kilómetros de Pamplona, es la balsa esteparia más septentrional de la Península, y junio a la importancia propia de ser una zona húmeda, est...

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Desde hace tres meses, la laguna de Pitillas, la más grande de la provincia de Navarra, considerada como una zona de especial importancia en las rutas de las aves migratorias, permanece totalmente seca, y han muerto todas las especies piscícolas que poblaban la balsa. Los tres kilómetros cuadrados de la laguna son hoy una zona de tierra reseca abierta, que deberá ser repoblada para que alcance su antiguo ecosistema.La laguna de Pitillas, situada a unos 45 kilómetros de Pamplona, es la balsa esteparia más septentrional de la Península, y junio a la importancia propia de ser una zona húmeda, está situada en una de las rutas de migración de aves más importantes. En la laguna descansan los ansarones, las anátidas, las zancudas y límícolas que viajan hacia el norte de Europa. Allí anidan, por otra parte, el aguilucho lagunero, la garza imperial, el avetoro, la cigüeñuela, el ánade real, el somormujo lavanco, etcétera.

Terreno comunal

La zona de la laguna de Pitillas, que es terreno comunal, fue desecada a finales de los años sesenta. El Ayuntamiento de aquella localidad tomó el acuerdo, en 1971, de convertir la zona en terrenos de cultivo, para lo cual se abrieron las compuertas y nuevas zonas de drenaje del agua. Sin embargo, la laguna sin agua pasó a ser un terreno poco apto para el cultivo, lo que motivó que en 1976 la Diputación Foral de Navarra tomara el acuerdo de arrendar el término por veinte años prorrogables. Un año después, la Diputación declaró la laguna como acotado de caza y zona de reserva biológica.

«Que la laguna de Pitillas se quede seca», ha declarado a EL PAÍS Juan Pablo Gil Eslava, jefe del Servicio de Ecología y Medio Ambiente de la Diputación Foral de Navarra, «es un hecho natural que ya ha ocurrido otras veces. Pero, claro, esto no puede ser un justificante, por lo que en este servicio nos estamos esforzando por que no vuelva a suceder. En estos momentos estamos estudiando la posibilidad de inyectar agua de un río próximo -por ejemplo, el Cidacos- durante la primavera, con el objeto de que la laguna no se seque. Este tema lo estamos negociando actualmente con el Ayuntamiento de Pitillas».

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