Se investiga carne en malas condiciones comercializada en León

La carne de las casi treinta reses enfermas que fueron vendidas en la localidad de Quintanilla de Sollamas a carniceros de la provincia de León era apta para el consumo humano, según han manifestado fuentes oficiales del Ministerio de Sanidad. Sin embargo, solamente se conoce el paradero de siete de ellas, mientras que el de las demás continúa siendo investigado por inspectores de este departamento y por la Guardia Civil de la zona, informa nuestro corresponsal en León, Consideran las mismas fuentes que la enfermedad que afectó a los animales fue una indigestión colectiva grave, producida ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La carne de las casi treinta reses enfermas que fueron vendidas en la localidad de Quintanilla de Sollamas a carniceros de la provincia de León era apta para el consumo humano, según han manifestado fuentes oficiales del Ministerio de Sanidad. Sin embargo, solamente se conoce el paradero de siete de ellas, mientras que el de las demás continúa siendo investigado por inspectores de este departamento y por la Guardia Civil de la zona, informa nuestro corresponsal en León, Consideran las mismas fuentes que la enfermedad que afectó a los animales fue una indigestión colectiva grave, producida por haber comido hojas de roble en un bosque próximo al lugar, pero descartan que se tratara de un posible envenenamiento. De acuerdo con esta versión, la carne no tenía grado de toxicidad alguno y en ninguna carnicería de las que han sido inspeccionadas en la zona se han encontrado partidas en malas condiciones.

Se reconoce, sin embargo, que, a excepción de una de ellas, la venta y el sacrificio de estas reses -a precios que oscilaron entre las 2.000 y las 5.000 pesetas- fueron realizados de forma ilegal y sin los debidos controles sanitarios que exigen, entre otras cosas, un reconocimiento veterinario exhaustivo antes y después de su muerte, con especial minuciosidad para las que tengan que ser sacrificadas con urllencia; la existencia de una guía de origen y sanidad para cada una de ellas; su permanencia en los mataderos durante un período de reposo, y su sacrificio en instalaciones municipales. En este caso, por el contrario, se han incumplido la casi totalidad de estos controles.

Por el momento, se desconoce si Sanidad o el Gobierno Civil piensan imponer sanciones a los ganaderos y carniceros implicados en este caso. Las multas, según la actual normativa, podrían llegar hasta el medio millón de pesetas.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En