La escolanía Voces Blancas, de Avila, estrena la misa castellana

La escolanía Voces Blancas de Avila ha estrenado en el transcurso de un concierto en la iglesia de San Juan la misa castellana con música y letra de Severiano Jiménez Blázquez, que es a la vez el director del citado grupo. Además de esta intervención en la capital, la composición se ha cantado también en Barco de Avila.«La misa castellana está basada en una labor de investigación del folklore de esta región y con ella he querido llegar no sólo a las personas, sino hacer vivir a los 35 niños de la escolanía Voces Blancas la música de Castilla», ha manifestado a EL PAIS el autor de la citada com...

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La escolanía Voces Blancas de Avila ha estrenado en el transcurso de un concierto en la iglesia de San Juan la misa castellana con música y letra de Severiano Jiménez Blázquez, que es a la vez el director del citado grupo. Además de esta intervención en la capital, la composición se ha cantado también en Barco de Avila.«La misa castellana está basada en una labor de investigación del folklore de esta región y con ella he querido llegar no sólo a las personas, sino hacer vivir a los 35 niños de la escolanía Voces Blancas la música de Castilla», ha manifestado a EL PAIS el autor de la citada composición musical.

Los textos están sacados del lenguaje coloquial del habitante de la región y del castellano más puro. La misa consta de la entradilla, que es una agogía (doble compás), para pasar luego a un ritmo de jota. El señor ten piedad es una forma polifónica en la que se retardan las entradas, mientras que las Lecturas están basadas en uno de los cantos de siega típicos de la región castellana.

El ofertorio es una jota con raíces populares

«El ofertorío es quizá la parte que más suena al oyente, ya que se trata de una jota con raíces populares, que suena mientras se ofrecen los frutos del campo», según el compositor. El Santo ha sido la parte que más ha gustado al público que asistió a la misa.El Cordero de Dios, con el que comienza la última parte de la misa, entra con una sola voz a ritmo de jota, para continuar con una insistente repetición de la música terminando en un canto a tres voces. La comunión es una jota con entrada a una, dos y tres voces, respectivamente. El canto final es otra agogía que empieza con dos voces y termina en apoteosis final. La duración total de las distintas composiciones supera en poco los treinta minutos.

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