Cartas al director

Neumonía atípica

El editorial Neumonía atípica del pasado día 13 de mayo mantiene textualmente: «Ahora, nadie con un cuadro de salud normal, debería morir por esta neumonía». Este tipo de afirmación incorrecta es una de las causas de la destrucción de las deseables relaciones entre pacientes y médicos.Todo médico sabe que el más adecuado de los medicamentos no es absolutamente eficaz en ninguna enfermedad y es completamente imposible reducir al porcentaje cero la mortalidad.

Las personas cultas, y los redactores de editoriales se supone que lo son, saben que la lucha de la medicina es para lograr...

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El editorial Neumonía atípica del pasado día 13 de mayo mantiene textualmente: «Ahora, nadie con un cuadro de salud normal, debería morir por esta neumonía». Este tipo de afirmación incorrecta es una de las causas de la destrucción de las deseables relaciones entre pacientes y médicos.Todo médico sabe que el más adecuado de los medicamentos no es absolutamente eficaz en ninguna enfermedad y es completamente imposible reducir al porcentaje cero la mortalidad.

Las personas cultas, y los redactores de editoriales se supone que lo son, saben que la lucha de la medicina es para lograr disminuir la mortalidad, pero nunca se consigue abolirla.

Los familiares incultos o irracionales de aquellos pacientes que mueran como consecuencia de la pequeña epidemia que sufrimos tendrán una gran tendencia, después de leer su editorial, a pensar que el médico que trató a su allegado no supo o no quiso darle a tiempo la omnipotente Eritromicina.

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Esa interpretación de una redacción desafortunada será, desgraciadamente, más frecuente que la equilibrada de aceptar que se ha hecho bien y a tiempo todo lo humanamente posible. La redacción adecuada hubiera sido decir que es de esperar que la determinación del antibiótico adecuado permitiera conseguir una importante reducción de la tasa de mortalidad. Todo lo demás son falacias y milagrerías. /

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