El déficit por cuenta corriente en 1981 será de 6.500 millones de dólares, según el informe de la OCDE

El informe anual de la OCDE sobre la economía española durante 1980 y sus previsiones para 1981, cuya publicación se ha retrasado debido a las actuales discusiones entre representantes del Gobierno español y del secretariado del organismo internacional sobre su contenido, prevé un importante déficit por cuenta corriente para finales de este año, próximo a los 6.500 millones de dólares, lo que supone alrededor del 3% del producto interior bruto. En cuanto al empleo, la OCDE estima para este año un empeoramiento de la situación, alcanzando, en diciembre de 1981, una tasa de desempleo del 13,25%,...

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El informe anual de la OCDE sobre la economía española durante 1980 y sus previsiones para 1981, cuya publicación se ha retrasado debido a las actuales discusiones entre representantes del Gobierno español y del secretariado del organismo internacional sobre su contenido, prevé un importante déficit por cuenta corriente para finales de este año, próximo a los 6.500 millones de dólares, lo que supone alrededor del 3% del producto interior bruto. En cuanto al empleo, la OCDE estima para este año un empeoramiento de la situación, alcanzando, en diciembre de 1981, una tasa de desempleo del 13,25%, lo que significa un incremento de 2,5 puntos sobre la tasa de 1980.

El cuadro adjunto de previsiones para este año muestra un empeoramiento de las variables más significativas, sobre todo en lo que se refiere al desequilibrio exterior. El déficit de la balanza comercial aumentará, siempre de acuerdo con el segundo borrador del informe de la OCDE -al que ha tenido acceso nuestro corresponsal en París- hasta 14.750 millones de dólares, mientras que las entradas netas por invisibles experimentarán un crecimiento de 1.250 millones de dólares, situándose el total en 8.250 millones. De acuerdo con estas cifras, la balanza por cuenta corriente pasará de -5.000 millones, en 1980, a -6.500 millones de dólares, en 1981.El incremento de las exportaciones españolas (en dólares) pasará del 12%, en 1980, al 5%, en 1981, mientras que el incremento de las importaciones (precio en dólares también) pasará del 32%, en 1980, al 13,25 %, en 1981.

La estimación que la OCDE ha hecho de la evolución del índice de precios al consumo para este año ha sido considerada por algunos economistas españoles como muy optimista, ya que sitúa el incremento en el 14%, frente al 15,5% de 1980. El crecimiento del producto interior bruto de la economía española ha sido estimado por los expertos del palacio de la Muette, de París, en un 1%, mientras. que su previsión para este año es algo más positiva, llegando nuestro crecimiento hasta el 1,5 %.

A pesar de que la política de demanda parece moderadamente expansionista, la actividad -según pronósticos de la OCDE- permanecerá casi estancada durante los próximos doce meses.

Por otra parte, el comercio puede continuar deteriorándose y el crecimiento del comercio mundial probablemente se mantendrá débil. El desempleo posiblemente se incremente aún más, pero las tensiones inflacionistas pueden verse influidas por una cierta moderación en los incrementos de los salarios, así como por un lento aumento de los precios de las importaciones.

En cuanto a las conclusiones del informe de la OCDE y los datos básicos manejados por el secretariado de la organización, resalta la disparidad que existe entre estos y los adelantados por el ministro de Economía y Comercio, Juan Antonio García Díez.

En cuanto a la inflación, el Gobierno baraja la cifra del 15% para 1981, un punto por encima de las citadas previsiones de la OCDE, mientras algunos expertos españoles y extranjeros (entre ellos el servicio de estudios del Continental Bank) predicen, en base a una extrapolación de los datos de los cuatro primeros meses de este año, un incremento de los precios al consumo superior al 17%.

Las previsiones oficiales en cuanto al crecimiento del PIB también son diferentes a las de la OCDE. La organización internacional estima un crecimiento del 1,5, % y el Ministerio de Economía español prevé un incremento próximo al 2%. Las previsiones del mal año agrícola hacen pensar a los más pesimistas en que ni siquiera se va a alcanzar el 1%.

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