El Gobierno esta privatizando de forma encubierta la Seguridad Social, segun los socialistas

El escaso cumplimiento en las inversiones en centros sanitarios propios y el crecimiento de los conciertos con clínicas privadas por encima de las cantidades previstas en los presupuestos pone de manifiesto una vez más, a juicio de los socialistas, la encubierta y paulatina privatización de la Seguridad Social por parte del Gobierno.La Información estadística sobre el desarrollo y ejecución del presupuesto de la Seguridad Social hasta el 31 de dícienibre de 1980, entregada recientemente a los parlamentarios, da cuenta de unas obligaciones contraídas para inversiones en instituciones abi...

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El escaso cumplimiento en las inversiones en centros sanitarios propios y el crecimiento de los conciertos con clínicas privadas por encima de las cantidades previstas en los presupuestos pone de manifiesto una vez más, a juicio de los socialistas, la encubierta y paulatina privatización de la Seguridad Social por parte del Gobierno.La Información estadística sobre el desarrollo y ejecución del presupuesto de la Seguridad Social hasta el 31 de dícienibre de 1980, entregada recientemente a los parlamentarios, da cuenta de unas obligaciones contraídas para inversiones en instituciones abiertas propias de 1.447 millones (tan sólo un 41,85% del crédito aprobado en el presupuesto) y de 20.397 millones para instituciones cerradas propias (un 75,41 % del crédito aprobado para tal fin en el presupuesto). Por el contrario, en el epígrafe correspondiente a asistencia sanitaria de la Seguridad Social con medios ajenos, aparecen obligaciones reconocidas por 111.997 millones de pesetas, lo que supone un 108,55% de los créditos incluidos para tal fin en el presupuesto.

La posibilidad, apuntada por el diputado Donato Fuejo en varias preguntas al Gobierno, de que parte de las cantidades que figuran en los compromisos de inversión sean imputables a 1979, al igual que las que figuran como obligaciones contraídas con clínicas privadas, agravaría aún más este análisis. Los socialistas temen también, por otra parte, que algunas obligaciones contraídas con centros privados en 1980 no hayan sido incluidas en el informe facilitado sobre liquidación del presupuesto relativo a tal año «para mejorar la imagen del mismo». Legalmente puede retrasarse su contabilización más allá del mencionado informe provisional de liquidación del presupuesto.

Los gastos por asistencia en centros concertados en 1980, según los socialistas, excede a la cantidad presupuestada para tal fin en 1981. Suponiendo que el número de estancias por Seguridad Social permaneciera fijo y fuera el mismo del año anterior, lo que parece difícil dado el incremento de la demanda sanitaria, las escasas inversiones en centros propios y las bajas tasas de cumplimiento de éstas, las cifras por atención de afiliados a la Seguridad Social en centros privados pueden dispararse en 1981 hasta cotas insospechadas, añaden los socialistas. Además hay que considerar, agregan, la actualización de los conciertos Seguridad Social-centros privados, que, como poco, supondrá un incremento del 10% en los precios.

Donato Fuejo, tras recordar las continuas denuncias de su partido sobre esta maniobra de privatización encubierta de la Seguridad Social (escasas inversiones en centros propios y fuerte presupuestación de conciertos con privados), pregunta al Gobierno si en las cifras facilitadas aparecen cantidades imputables a anteriores ejercicios y sobre las medidas que va a adoptar el Gobierno para evitar que vuelvan a producirse desvíacionels al alza en los conciertos con privados. En cuanto a las inversiones, el diputado solicita que se precisen los programas previstos en los presupuestos que no se han realizado.

El partido socialista, por otra parte, insiste en que si se utilizan con eficacia y racionalidad los medios propios de la Seguridad Social, instituciones abiertas e instituciones cerradas, buena parte de las cantidades que se están destinando a conciertos de asistencia con empresas privadas podrían evitarse.

La atención a privados en centros de la Seguridad Social contrasta fuertemente, por otra parte, con los casi 112.000 millones de pesetas que la misma destinó en 1980 al pago de servicios prestados por particulares a sus afiliados y con las escasas asignaciones para inversiones en centros propios.

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