Los marchantes conocían la reproducción incontrolada de litografías de Dalí

Diversos marchantes de arte han confirmado que en el mundo de las galerías se conocía desde hace tiempo que Dalí firmaba en muchas ocasiones hojas en blanco para luego imprimir en ellas falsas litografías.Los marchantes aseguran que los expertos en arte han sido remisos, últimamente, a admitir litografías de Dalí, mientras que han comprado sus aguafuertes, cuyas características técnicas hacen prácticamente imposible la falsificación.

Según parece, es práctica habitual del pintor gerundense el realizar un dibujo y firmar a continuación una serie de hojas, en blanco, numerarlas y entregar...

Diversos marchantes de arte han confirmado que en el mundo de las galerías se conocía desde hace tiempo que Dalí firmaba en muchas ocasiones hojas en blanco para luego imprimir en ellas falsas litografías.Los marchantes aseguran que los expertos en arte han sido remisos, últimamente, a admitir litografías de Dalí, mientras que han comprado sus aguafuertes, cuyas características técnicas hacen prácticamente imposible la falsificación.

Según parece, es práctica habitual del pintor gerundense el realizar un dibujo y firmar a continuación una serie de hojas, en blanco, numerarlas y entregarlas junto con el dibujo al impresor, que lo reproduce en offset. Estas hojas se venden como litografías, cuando en realidad no lo son, pues la litografía supone el que el pintor trabaje sobre la plancha litográfica.

Otra de las prácticas habituales de Dalí, según las mismas fuentes, es realizar diversas tiradas numeradas de una misma litografía. Por ejemplo, decide hacer una tirada de doscientos ejemplares de una de sus obras, y en realidad hace una tirada de doscientos para su comercialización en Europa, otra para venderla en Estados Unidos y una última para su venta en Japón. También hace ediciones paralelas en papel-japón.

Mientras en España se informa sobre la circulación de falsas litografías de Salvador Dalí, una de las obras del pintor catalán ha sido vendida en una galería de Milán por 3 10 millones de liras (aproximadamente veintiocho millones de pesetas). La cantidad constituye un récord en Italia en subastas de cuadros de artistas contemporáneos.

La pintura en cuestión es un lienzo de 65 x 55, titulado Tres mujeres imitando el movimiento de un velero, y el comprador es un coleccionista desconocido.