BALLET

Béjart pone en escena "La flauta mágica", de Mozart

El Circo Real de Bruselas fue escenario anoche de una premier mundial: la representación íntegra de la ópera de Mozart La flauta encantada en ballet. El espectáculo es obra del famoso Maurice Bejart, creador del Ballet Siglo XX. Bejart ha trabajado cuatro años en este proyecto y, cuando ya lo tenía todo preparado, decidió posponer su realización concreta para no hacerlo coincidir con la película de Ingmar Bergman sobre el mismo tema. Estima, sin embargo, que su ballet y la obra del director sueco no tienen nada en común desde el punto de vista de la puesta en es...

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El Circo Real de Bruselas fue escenario anoche de una premier mundial: la representación íntegra de la ópera de Mozart La flauta encantada en ballet. El espectáculo es obra del famoso Maurice Bejart, creador del Ballet Siglo XX. Bejart ha trabajado cuatro años en este proyecto y, cuando ya lo tenía todo preparado, decidió posponer su realización concreta para no hacerlo coincidir con la película de Ingmar Bergman sobre el mismo tema. Estima, sin embargo, que su ballet y la obra del director sueco no tienen nada en común desde el punto de vista de la puesta en escena.

El director del Siglo XX ha elegido como banda sonora la versión de La flauta mágica dirigida por Karl Bohin, «con las voces más bellas del mundo, Dietrich Fischer-Diskau, Lisa Otto, Fritz Wunderlich, y la mejor orquesta, la Filarmónica de Berlín».

El decorado ha sido ideado por Alan Burrett, responsable también del vestuario. Los hombres llevarán mallas de color oro, y las mujeres, de plata. El escenario estará dividido en dos niveles: la pista del circo, elevada, y un segundo piso en el que se situarán los personajes espirituales.

El antiguo danzarín señala que La flauta encantada no ha sido nunca objeto de una representación ideal. «Se trata», afirma, «de una obra con personajes que pueden ser representados mejor por bailarines que por cantantes. Es una ópera con contenido simbólico y filosófico y con una poesía fresca como el alma de un niño. La danza», añade, «fue en sus inicios un rito y se acomoda perfectamente para expresar, por ejemplo, el ceremonial iniciático de La flauta.

La expectación con la que el mundo cultural belga recibe esta nueva creación de Maurice Bejart es enorme: una semana antes de la apertura del Circo Real no había entradas para ninguna de las diez representaciones previstas.

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