El protagonismo argelino en la solución de la crisis

La mediación entre Irán y Estados Unidos en la crisis de los rehenes ha otorgado a la diplomacia argelina un protaginismo que trasciende el papel oficial de empresario. La discreción con que han actuado los argelinos no impedirá que este país se beneficie de una conclusión feliz de la crisis.La revolución iraní, en la medida en que crecían sus contradicciones internas y se aceleraba su aislamiento internacional, tenía necesidad de aliados seguros, con prestigio en el área mundial. Argelia ha sabido jugar ese papel, aunque los cambios de humor de Teherán en el tema de los rehenes hicieran pelig...

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La mediación entre Irán y Estados Unidos en la crisis de los rehenes ha otorgado a la diplomacia argelina un protaginismo que trasciende el papel oficial de empresario. La discreción con que han actuado los argelinos no impedirá que este país se beneficie de una conclusión feliz de la crisis.La revolución iraní, en la medida en que crecían sus contradicciones internas y se aceleraba su aislamiento internacional, tenía necesidad de aliados seguros, con prestigio en el área mundial. Argelia ha sabido jugar ese papel, aunque los cambios de humor de Teherán en el tema de los rehenes hicieran peligrar en muchas ocasiones el propio prestigio de su aliado.

Al comienzo de la crisis irano-norteamericana Argelia tenía en Teherán a uno de sus mejores diplomáticos, Abdelkrim Gharableb, hombre formado en Francia y conocido integrista que posteriormente se convirtió en el jefe del tándem argelino de tres miembros encargado de mediar entre los dos contendientes.

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La ruptura de relaciones diplomáticas entre Irán y Estados Unidos, al situar a Argelia como representante de los intereses iraníes, le otorgaría una dimensión más densa a su papel de intermediario.

La petición iraní de un depósito de 24.000 millones de dólares planteó una disyuntiva difícil a Argelia, en la medida en que la Administración Carter rechazó satisfacer los requerimientos de Teherán. El papel de simple emisario, al menos oficialmente, de los argelinos tuvo que adquirir una mayor envergadura.

Los tres intermediarios argelinos lograrían, nuevamente, a comienzos de este año, que Teherán moderara sus requerimientos y aceptara una fórmula de «arbitraje», en la que se reducía a 9.000 millones de dólares la garantía financiera. Esa nueva formulación de la posición americana, traducida en un texto que permite a los dos Gobiernos acceder a una solución rápida de la crisis, ha sido el mayor riesgo corrido por Argelia.

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