Llegan a Madrid nueve tripulantes del pesquero "Miño"

Nueve tripulantes del pesquero Miño, retenidos en Puerto Deseado (Argentina), desde el pasado mes de septiembre, llegaron ayer a Madrid procedentes de Buenos Aires. Los nueve marineros manifestaron que habían pasado hambre y que habían llegado a vender «ropa de uso personal, para poder comer», informa Efe.

Otros dieciséis marineros, de los 33 españoles que formaban parte de la tripulación del Miño, llegaron a Madrid el pasado día 18.Otros seis, cuya llegada estaba prevista para ayer, han retrasado el viaje por dificultades de pasaje en el vuelo 996 de Iberia. En el pesquero queda...

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Nueve tripulantes del pesquero Miño, retenidos en Puerto Deseado (Argentina), desde el pasado mes de septiembre, llegaron ayer a Madrid procedentes de Buenos Aires. Los nueve marineros manifestaron que habían pasado hambre y que habían llegado a vender «ropa de uso personal, para poder comer», informa Efe.

Otros dieciséis marineros, de los 33 españoles que formaban parte de la tripulación del Miño, llegaron a Madrid el pasado día 18.Otros seis, cuya llegada estaba prevista para ayer, han retrasado el viaje por dificultades de pasaje en el vuelo 996 de Iberia. En el pesquero quedan todavía tres miembros españoles de la dotación del buque para cuidar su mantenimiento y por exigencia de las autoridades argentinas, que no autorizarán la salida mientras la compañía Galgofer, propietaria del barco, no haga efectivas las multas impuestas.

El Miño, propiedad de la citada empresa española, asociada a la empresa chilena Interpesca, SA, fue capturado por la Armada argentina, el pasado 26 de septiembre, cuando pescaba sin permiso en aguas jurisdiccionales argentinas, cerca de las islas Malvinas.

El grupo que llegó ayer a Madrid está compuesto por ocho marineros de Vigo y La Coruña: Emilio Bolea, Manuel Causa, Francisco do Curro, Humberto González, Francisco Freire, Manuel Enríquez, Francisco Grana y Manuel Enríquez, además del radiotelegrafista Miguel Rivas, que, en la última singladura, realizó las tareas de oficial de puente.

Emilio Bolea, de la localidad viguesa de Bouzas, pertenece a la tripulación Miño hace once años, y en nombre de sus compañeros manifestó que su situación fue muy difícil, en cuanto a alimentación y medios de subsistencia, durante estos tres últimos meses, hasta que decidieron acudir a la Embajada española en Buenos Aires.

A partir de ese momento, tanto la Embajada como el Instituto Español de Emigración, cuyo director general, José Luis García López, acudió a recibirlos en Barajas, «hicieron todo lo posible para que pudiéramos regresar a España, realizando las gestiones necesarias», afirmaron.

Los pescadores explicaron que tuvieron «horas muy bajas» por su prolongada inactividad, especialmente cuando recibían noticias sobre la precaria situación económica de sus respectivas familias y al ver que la compañía los abandonaba.

Respecto a la posible fecha de regreso de los dos últimos pescadores que aún permanecen en el Miño, sus compañeros se mostraron pesimistas, «porque la compañía no tiene interés por ellos y los abandonará a su suerte como ha hecho con el resto».

A los nueve tripulantes no los esperaba en Barajas ningún familiar.

El capitán del Miño, Manuel Durán Zúñiga, de nacionalidad chilena, partió el miércoles hacia Santiago de Chile. El segundo de a bordo, el español Máximo San Emeterio, según los tripulantes, regresó a España poco después de llegar el pesquero a Puerto Deseado, en la Patagonia argentina.

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