CINE/" ESPERANDO A PAPA"

La explotación del niño víctima

Ruptura matrimonial, con separación eclesiástica incluida, más los traumas que ello provoca en el hijo de la pareja, papel protagonista que da pie al lanzamiento de un nuevo niño estrella al estilo Lolo, es la fórmula argumental de Esperando a papá, la última película de Vicente Escrivá.Nada menos que como «un verdadero reto al cine americano del género, por su originalidad y calidades estéticas», se califica Esperando a papá en el expediente de propaganda.

No es el oportunismo del tema ni lo utópico y vulgar de la historia lo peor de la película, sino la forma de contarla...

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Ruptura matrimonial, con separación eclesiástica incluida, más los traumas que ello provoca en el hijo de la pareja, papel protagonista que da pie al lanzamiento de un nuevo niño estrella al estilo Lolo, es la fórmula argumental de Esperando a papá, la última película de Vicente Escrivá.Nada menos que como «un verdadero reto al cine americano del género, por su originalidad y calidades estéticas», se califica Esperando a papá en el expediente de propaganda.

No es el oportunismo del tema ni lo utópico y vulgar de la historia lo peor de la película, sino la forma de contarla, el tratamiento que recibe la anécdota, a base de toques de un humor trasnochado, soso, blandengue y un soporífero ternurismo, que se complace en explotar al máximo las gracias y lagrimitas del niño protagonista, conmovedora encarnación de la víctima inocente.

Esperando a papá

Dirección: Vicente Escrivá. Música: Julio Iglesiasy Rafael Ferro. Producción: Penta Films, SL. Intérpretes: A riuro Fernández, Teresa Rabal, Javier (el niño), María Silva, Angel Picazo, Mari Carmen Prendes y Josele Román. Melodrama. Local de estreno: Coliseum

El machismo feroz que destila Esperando a papá -las feministas disfrutarán con el contenido de algunos diálogos o al observar que la única mujer de aspecto inteligente que aparece es precisamente la mala, y ninfómana, además-, o la esperpéntica visión que ofrece de la sociedad española, son otros ingredientes dignos de resaltar.

Muy propio y convincente Arturo Fernández en su interpretación de ejecutivo hortera, celtibérico play boy, buen muchacho, de origen modesto, ascendido por la táctica del braguetazo, que va por la vida de simpático insoportable.

También luce mucho Teresa Rabal en su papel de madre doliente, mientras atraviesa las escenas como en un desfile de modas, incluida colección de pieles, expresando con gran acierto todos los síntomas de debilidad mental, máximo atributo de la mujer española cuando es virtuosa, honesta y de buena familia, por más señas.

María Silva, Josele Román, Mari Carmen Prendes y Angel Picazo, los otros actores, cumplen su secundario papel y la canción de Julio Iglesias da adecuada introducción a lo que a continuación el espectador va a ver.

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