Arbitraje del Gobierno vasco en Michelín
El delegado territorial de la Consejería de Trabajo del Gobierno vasco en Alava entregó ayer al comité de empresa de Michelín y a un representante de la empresa, el laudo arbitral dictado por el consejero de Trabajo, Mario Fernández; a él se sometieron ambas partes para resolver un conflicto que se prolonga desde el día 9 de enero pasado, y que ha originado cerca de 35 días de huelga intermitente y varios cierres patronales, uno de ellos de más de veinte días tras el asesinato del director técnico de la fábrica.Los puntos fundamentales del conflicto han sido la disminución de la jornada en vir...
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El delegado territorial de la Consejería de Trabajo del Gobierno vasco en Alava entregó ayer al comité de empresa de Michelín y a un representante de la empresa, el laudo arbitral dictado por el consejero de Trabajo, Mario Fernández; a él se sometieron ambas partes para resolver un conflicto que se prolonga desde el día 9 de enero pasado, y que ha originado cerca de 35 días de huelga intermitente y varios cierres patronales, uno de ellos de más de veinte días tras el asesinato del director técnico de la fábrica.Los puntos fundamentales del conflicto han sido la disminución de la jornada en virtud del Estatuto del Trabajador, de manera que se saliera los sábados antes de las seis de la tarde. El otro aspecto era el reconocimiento de las competencias sindicales y el control de la organización del trabajo por los obreros.
El árbitro, ciñéndose con todo momento a la legislación y sobre todo al estatuto, establece como hora límite para la finalización del trabajo el sábado la de las dos de la tarde, para lo cual se establece un turno rotatorio, de manera que cada tres De cuatro sábados -según el horario de cada equipo de trabajo- se descansará toda la jornada, trabajándose el resto de las jornadas sabatinas siempre hasta el citado límite. En cuanto a los aspectos sindicales se citan lo dispuesto legalmente respecto a los comités y secciones sindicales, «cuyo estricto y exacto cumplimiento», dice, «se exige, desde luego a la empresa a los efectos de un adecuado sistema de organización del trabajo».