El presidente de la Junta Militar boliviana anuncia el fin de las "aventuras electorales"

El presidente de la Junta Militar boliviana y principal artífice del golpe de Estado militar que derrocó al Gobierno constitucional de Lidia Gueiler anunció, en la madrugada de ayer, en su primer discurso al país, tras su toma del poder, el fin de las «aventuras electorales», al tiempo que presentó al recién formado «Gobierno de reconstrucción nacional», encargado de instaurar «un nuevo orden social».

Algunos conatos de resistencia al nuevo régimen militar subsisten aún en La Paz y, sobre todo, en los centros mineros de Potosí, Oruro y Santa Cruz, a los que han sido enviados fuertes con...

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El presidente de la Junta Militar boliviana y principal artífice del golpe de Estado militar que derrocó al Gobierno constitucional de Lidia Gueiler anunció, en la madrugada de ayer, en su primer discurso al país, tras su toma del poder, el fin de las «aventuras electorales», al tiempo que presentó al recién formado «Gobierno de reconstrucción nacional», encargado de instaurar «un nuevo orden social».

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Algunos conatos de resistencia al nuevo régimen militar subsisten aún en La Paz y, sobre todo, en los centros mineros de Potosí, Oruro y Santa Cruz, a los que han sido enviados fuertes contingentes militares. Hernán Siles Zuazo, candidato elegido en las últimas elecciones presidenciales bolivianas, hizo ayer un segundo llamamiento pidiendo al pueblo boliviano que resista. Dos destacados responsables políticos, Carlos Quiroga Santa Cruz y Simón Paredes, respectivamente dirigentes del partido socialista y del partido comunista (ortodoxo), murieron ayer en La Paz, víctimas de las heridas sufridas durante el golpe.En un largo discurso, retransmitido por la única radio que emite en La Paz, Radio Batallón Colorado, el general García Meza, presidente de la Junta Militar que se ha hecho con el poder en Bolivia, expuso su programa político anunciando de entrada «la suspensión de todos los sindicatos y centrales laborales hasta que nuevas normas legales regulen su actividad», que será, en todo caso, «apolítica».

Tras criticar con dureza la política económica seguida por el Gobierno de Lidia Gueiler, al que acusó de «causar la miseria del pueblo con medidas económicas y monetarias que aumentaron sustancialmente el endeudamiento de Bolivia», aseguró que su Gobierno, integrado por dieciséis militares y sólo dos civiles, que ocupan carteras secundarias, «llevaría al país a un nuevo orden social y económico», reduciendo la deuda externa, que alcanza 511 millones de dólares (36.000 millones de pesetas).

Siempre en materia económica García Meza expuso un programa, calificado de socialfascista por algunos observadores, cuyos principales objetivos consisten en la redistribución económica de las riquezas, el pleno empleo, la congelación de los precios de los productos básicos y la lucha contra el analfabetismo y la corrupción de la Administración.

En su discurso, de casi una hora de duración, el general García Meza, consciente, sin duda, del aislamiento internacional de su régimen -condenado por numerosos países europeos y latinoamericanos y al que EE UU tiene la intención de negarle ayuda-, puso especial énfasis en la voluntad de su Gobierno de mantener relaciones con todos los países.

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A renglón seguido, sin embargo, el hasta ahora comandante en jefe de las fuerzas armadas bolivianas recordó «la irrenunciable lucha de los bolivianos por reivindicar su soberanía marítima en el Pacífico », frase que indispondrá probablemente a las autoridades chilenas.

Escasas informaciones se filtran sobre la situación interna de Bolivia, país que se encuentra aislado del exterior, al estar cortadas las comunicaciones por télex, teléfono y telégrafos. Las fronteras terrestres han sido también cerradas con Perú, Chile y Argentina por efectivos militares que intentan impedir la huida de dirigentes políticos y sindicales. Aunque el aeropuerto de La Paz no ha sido cerrado al tráfico internacional, la mayoría de las compañías aéreas han suspendido sus vuelos a Bolivia.

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Lidia Gueiler, en Paraguay

La Junta Militar envía refuerzos a la zona minera del país donde subsiste la resistencia

Lidia Gueiler, derrocada presídenta boliviana, llegó ayer por la noche a Asunción y pidió asilo político en Paraguay, anunció en la capital Radio Primero de Marzo. La señora Gueiler, acompañada por siete compatriotas, llegó al aeropuerto internacional de Asunción en un vuelo especial de las líneas aéreas bolivianas. Con anterioridad, hacia las diez de la mañana (hora local), había sido vista por varios testigos presenciales, cuando fue sacada de la residencia oficial para ser llevada al aeropuerto internacional de La Paz. Versiones concordantes de los testigos aseguran que la exjefa de Estado parecía haber adelgazado y llevaba gafas oscuras. Una nutrida escolta militar a compañaba a Lidia Gueiler.Durante lajornada del viernes se barajó la hipótesis de un exilio chileno para la ex presidenta.

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