Carter reitera en Belgrado su apoyo a la política exterior independiente de Yugoslavia

Recordar el apoyo de Estados Unidos, la independencia e integridad territorial de Yugoslavia y dar un nuevo empuje a los programas de cooperación económica y militar, ha sido el principal resultado de la estancia de veinticuatro horas en Belgrado del presidente norteamericano, Jimmy Carter. Procedente de Venecia, donde participó en la sexta cumbre económica occidental, el presidente de EE UU llegó a las nueve de la mañana del martes al aeropuerto internacional de Belgrado. Tras una ceremonia protocolaria, con el disparo de veintiún cañonazos, Carter pronunció un discurso en el que expresó que ...

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Recordar el apoyo de Estados Unidos, la independencia e integridad territorial de Yugoslavia y dar un nuevo empuje a los programas de cooperación económica y militar, ha sido el principal resultado de la estancia de veinticuatro horas en Belgrado del presidente norteamericano, Jimmy Carter. Procedente de Venecia, donde participó en la sexta cumbre económica occidental, el presidente de EE UU llegó a las nueve de la mañana del martes al aeropuerto internacional de Belgrado. Tras una ceremonia protocolaria, con el disparo de veintiún cañonazos, Carter pronunció un discurso en el que expresó que «el presidente Tito ha dejado una herencia capital, con una Yugoslavia fuerte, independiente y no alineada».

Carter trató, desde el primer momento, de borrar el mal recuerdo para los yugoslavos, por su ausencia en los funerales del presidente Josip Broz Tito, donde se dieron cita casi todos los dirigentes políticos del mundo. Antes de iniciar sus conversaciones con el presidente de Yugoslavia, Cvijetin Mijatovic, Carter y su esposa, Rosalyn, rindieron homenaje al presidente desaparecido, con una visita a la tumba del mariscal Tito.Con medidas de seguridad importantes y bastante fervor popular, la comitiva del presidente de EE UU atravesó las calles y avenidas de la capital federal de Yugoslavia, con árboles adornados con banderas.

A nivel político, los dirigentes de Belgrado y Washington pasaron revista a la situación internacional, incluido el conflicto surgido por la intervención de tropas soviéticas en Afganistán, la retención de los 53 rehenes norteamericanos en Irán, la situación en Oriente Próximo -donde los yugoslavos insistieron por el reconocimiento del derecho de los palestinos a la autodeterminación- y la evolución de la economía mundial.

«Las conversaciones han sido cordiales y constructivas. Se han confirmado las estrechas relaciones bilaterales entre los dos países», dijo el portavoz de la Casa Blanca, Jody Powell. Los yugoslavos evitaron, sin embargo, toda declaración «dura» contra la presencia soviética en Afganistán, condenada por los participantes occidentales en la cumbre de Venecia. Tito, calificado por el presidente Carter como «una de las figuras políticas más importantes del siglo n» visitó Estados Unidos en tres ocasiones, la última en 1978.

Yugoslavia espera diversificar el suministro de material militar con nuevas compras a EE UU. Belgrado repite sus tradicionales conceptos favorables a la aplicación del tratado SALT II, sobre limitación de armas nucleares, la preparación de una conferencia de desarme europeo, sin ocultar su inquietud, a nivel oficioso, por la posible entrada de España en la OTAN, con el consiguiente significado de potenciación de la estrategia de bloques militares, de los que, hasta el momento, Belgrado se ha mantenido al margen, evitando entrar en el Pacto de Varsovia.

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