Raúl Ruiz: "Mi novela nace de la nostalgia del mito"

Entrevista con el autor de "El tirano de Taormina"

Con una novela original y curiosa antes que nada, y excelentemente escrita, aparece en el panorama de las letras españolas Raúl Ruiz. La novela, de algún modo sorprendente, es El tirano de Taormina, recién publicada por libros Hiperión, y en ella cuenta Raúl Ruiz la historia de un intemporal tirano siciliano, cuyo poder podría estar sobre todo en no ejercerlo, pero también en conseguir la narración de la historia, que es lo mismo que decir que los hechos que hacen la historia sucedan o se den por sucedidos.Raúl Ruiz, que ahora vive exclusivamente de la literatura, tras algunos años en l...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Con una novela original y curiosa antes que nada, y excelentemente escrita, aparece en el panorama de las letras españolas Raúl Ruiz. La novela, de algún modo sorprendente, es El tirano de Taormina, recién publicada por libros Hiperión, y en ella cuenta Raúl Ruiz la historia de un intemporal tirano siciliano, cuyo poder podría estar sobre todo en no ejercerlo, pero también en conseguir la narración de la historia, que es lo mismo que decir que los hechos que hacen la historia sucedan o se den por sucedidos.Raúl Ruiz, que ahora vive exclusivamente de la literatura, tras algunos años en la enseñanza, es de una timidez extrema, y tiene un aire entre curil y de pnn de instítuto. Así que queda algo dudoso cuando afirma que «como mejor me lo paso en el mundo es escribiendo. Me fastidian los escritores que dicen que les cuesta tanto y cuando escribir. Yo me divierto. Esto no quiere decir que no sea concienzudo y que no me cueste en cierta manera escribir. Pero es más el gozo ».

La novela El tirano de Taormina es una reflexión sobre la naturaleza del poder. «El de Taormina dice Raúl Ruiz, «es un tirano que vive dilatadamente, cuyo sueño era ser coronado emperador del Mediterráneo, y cuya maldición es no poder ejercer la tiranía: cada vez que el tirano de Taormina actúa, deviene la catástrofe, porque lo suyo es la contradicción imperecedera entre la sabiduría y la acción». «Este», dice, «es un tirano que puede caer bien, porque no tiene mucho que ver con la tradición hispana de los tiranos, desde el Banderas a todos los latinoamericanos, y porque, de algún modo, el único sistema para la supervivencia es la inacción, que es la que nantiene al margen y fuera de la historia. En cambio, cuando consigue de Arnaldo -su nombre es Schiavon, etimológicamente, el esclavo- que empiece a recoger su vida de diez siglos, y finalmente la historia de Taormina, es cuando empieza a construir la historia propiamente dicha».

«He querido construir un mito. O mejor, recoger en una novela la necesidad de escape del tiempo que se deteriora: detrás de la historia, el mito es lo que perdura. Creo que cada escritor es en el deseo Homero contra Chronos ... ».

Preguntado sobre la cuestión del poder, Raúl Ruiz dijo: «El tema del poder me lo he encontrado, no lo busqué. Esta es la primera de un ciclo de novelas, el ciclo de Taormina, que tiene mucho que ver con mi viaje al sur de Italia y con algunos acontecimientos autobiográficos, que son públicamente irrelevantes, pero que sugirieron algunos de los temas del libro. Creo que sí hay, como decía antes, cierta nostalgia del tiempo de los mitos, de la época mítica, y, tal vez, de la necesidad de creer en la Edad de Oro». «Claro», dice ante ciertas pegas de la entrevistadora, «que yo veo los mitos como algo individual, situado en los márgenes de lo social». Y hay entonces una suave discusión, matizada por la primavera mediterránea, acerca del carácter esencialmente ajeno a la individualidad del origen de los mitos, de su consistencia y función social, de su irremediable historicidad. Raúl Ruiz zanjó la cuestión cuando estaba ya en la discusión casi eterna que enfrenta la razón con lo otro en literatura.

Así que se habla después de la estructuración del relato en su novela, que es bastante sugestiva. Y dijo Raúl Ruiz: «Se trata de una narración bastante. lineal, que sigue de algún modo el hilo del tiempo histórico, que es elo que se está creando con la escritura, con el discurso». «El relato, de todas maneras, se separa en tres planos narrativos: el primero es propiamente narrativo, que corre a cargo del autor del libro. El segundo es la historia encargada por el tirano. El tercero lo constituyen los diálogos entre el tirano y el cronista ».

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Archivado En