Jóvenes novelistas españoles: "Queremos ser «best-sellers»"

«No soy un escritor profesional, pero porque no puedo serlo», afirmó el novelista Juan José Millás en una mesa redonda sobre las últimas tendencias de la novela española, que tuvo lugar en el Instituto Iberoamericano de Cooperación, perteneciente al ciclo organizado por el Pen-Club español, y en la que intervino, al lado de otros dos narradores -Mariano Antolin Rato y Alvaro Pombo-, actuando como moderador Rafael Conte.

El acto reunió a casi un centenar de personas, entre las que se encontraban novelistas y escritores, como Juan Iturralde, Carmen Martín Gaite, Javier Marías, J. J. Armas...

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«No soy un escritor profesional, pero porque no puedo serlo», afirmó el novelista Juan José Millás en una mesa redonda sobre las últimas tendencias de la novela española, que tuvo lugar en el Instituto Iberoamericano de Cooperación, perteneciente al ciclo organizado por el Pen-Club español, y en la que intervino, al lado de otros dos narradores -Mariano Antolin Rato y Alvaro Pombo-, actuando como moderador Rafael Conte.

El acto reunió a casi un centenar de personas, entre las que se encontraban novelistas y escritores, como Juan Iturralde, Carmen Martín Gaite, Javier Marías, J. J. Armas Marcelo, José Esteban, Caballero Bonald y Antonio Martínez Sarrión.Al final, los tres novelistas, Porribo, Millás y Antolín Rato, reconocieron su deseo de escribir best-sellers, esto es, libros para que sean leídos. Rafael Conte, en la presentación, señaló que es prematuro hablar de tendencias de la novela española donde por ahora sólo hay individualidades. Millás señaló que el hecho de no ser escritor profesional «no es una declaración de independencia, sino de orfandad. Me hubiera gustado ser alguien, pero me ha faltado la suficiente inteligencia». Para él, los nuevos novelistas son francotiradores con un solo denominador común, la diferencia, la discontinuidad.

Mariano Antolín Rato partió en su exposición de la presencia total del caos. «Mi obra nace de la confusión y responde a la agresión que supone el pensamiento lógico. Pretendo inquietar, confundir, desconcertar». Sus primeros libros le disgustan. Ahora presenta conspiraciones omnipresentes, pues hay que luchar contra el poder que agrede, escapar a la pesadilla. «Quien no se piense perseguido es un inocente, esto es, un culpable por colaboración». Sus experiencias con el LSD le han servido para la creación de sus libros y admitió el influjo de los comics, el jazz y las utopías. «Mis obras son alegorías con ideas, no con imágenes».

Alvaro Pombo, en una espectacular actuación, repuso que no hay que sufrir al poder, ni escapar de él, sino tomarlo, pues el poder es vehemencia y energía. «Y la novela es la construcción de un objeto que nos protege, pues nos da poder. El poder que se apodera de uno es también el poder con el que uno se apodera de las cosas».

Si estos tres jóvenes narradores no son best-sellers no es por falta de ganas, dijeron, sino porque se niegan a hacer concesiones. Quieren vender lo que hacen, no hacer otra cosa para poder venderla. Al final, el público accedió a que Alvaro Pombo leyera una página de su novela en preparación, en un fascinante y divertido final de coloquio.

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