Beethoven, redescubierto por los jóvenes italianos

Se está despertando en los jóvenes italianos una especie de fiebre por Beethoven. Casi de repente, Ludwig, como ellos lo llaman, ha sido descubierto como «ídolo». Y cuanto más jóvenes, más entusiastas.Las casas discográficas aseguran que sus obras musicales se agotan inmediatamente. En Milán, para escuchar un concierto de la Tercera sinfonía, en la sala Verdi, del Conservatorio, tuvo que ser llamada la policía porque los jóvenes habían asaltado literalmente la sala. Lo mismo había sucedido en vísperas de Navidad con un concierto sobre Beethoven en el Paladio, de Milán, interpretado ...

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Se está despertando en los jóvenes italianos una especie de fiebre por Beethoven. Casi de repente, Ludwig, como ellos lo llaman, ha sido descubierto como «ídolo». Y cuanto más jóvenes, más entusiastas.Las casas discográficas aseguran que sus obras musicales se agotan inmediatamente. En Milán, para escuchar un concierto de la Tercera sinfonía, en la sala Verdi, del Conservatorio, tuvo que ser llamada la policía porque los jóvenes habían asaltado literalmente la sala. Lo mismo había sucedido en vísperas de Navidad con un concierto sobre Beethoven en el Paladio, de Milán, interpretado por la orquesta de la RAL El director artístico, Giorgio Vidusso, comentó que el asalto de 2.000 jóvenes cuando ya la sala estaba llena , «se parecía al asalto del Palacio de Invierno», y tuvieron que abrir las puertas y permitir que se abarrotara el local.

En realidad, los jóvenes italianos siempre han apreciado la música sinfónica, que ha entrado hasta en las fábricas. Pero lo que está sucediendo con Beethoven en el campo juvenil es inédito. Se agotan no sólo los discos clásicos, sino hasta los más «difíciles», como las últimas sonatas y ciertos cuartetos. Los críticos se preguntan qué ha quedado de los años sesenta, cuando los jóvenes americanos cantaban con ritmo de rock: « Pisotea Beethoven dile a Chaikowski que se vaya al diablo.»

Hay quien piensa que en realidad el mundo joven descubrió de verdad y bajo una luz nueva a Beethoven a través de la película de Stanley Kubrick Naranja mecánica, en la cual el único verdadero amor del protagonista, el joven psicótico, es precisamente Ludwig Beethoven. Algunos sociólogos, por su parte, analizan el fenómeno desde otro punto de vista. En realidad, afirman, los jóvenes están descubriendo que Beethoven era un gran inconformista con un arte lleno de significados ideológicos y humanitarios, un enamorado de los valores de la Revolución Francesa y de la insurrección que se respiraba en el aire en la Europa de su tiempo y, sobre todo, un «hombre de fronteras», entre dos generaciones. Un artista que sufrió el peso de esta transición de épocas, pero que al mismo tiempo fue capaz de demostrar disgusto por el conformismo de su época, sin detenerse ni ante Goethe. Y, sobre todo, supo mostrar su desprecio por el poder y por los poderosos.

El crítico de Música Viva, Lorenzo Arruga, en una entrevista a Panorama, ha afirmado que una de las cosas que atrae a los jóvenes italianos de Beethoven es que «consigue meter en su música al hombre con toda la carga de violencia, de fuerza y de dramaticidad que conduce hacia la liberación en la esperanza».

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