Fallece el escritor mexicano Agustín Yáñez

A la edad de 76 años, ha fallecido en México, tras larga enfermedad, el abogado, profesor, político y escritor Agustín Yáñez. Nació en Guadalajara, en 1904. Yáñez fue profesor en la facultad de Letras de la UNAM, presidente de la Academia Mexicana de la Lengua -donde ingresó en 1952-; desde 1973, gobernador del estado de Jalisco, subsecretario de la Presidencia de la República (1962-1964) y ministro de Educación desde este mismo año hasta 1970.Como escritor, su celebridad la alcanzó, sobre todo, con sus novelas, a pesar de que cultivó todos los géneros. Miembro, en un principio, del movimiento...

A la edad de 76 años, ha fallecido en México, tras larga enfermedad, el abogado, profesor, político y escritor Agustín Yáñez. Nació en Guadalajara, en 1904. Yáñez fue profesor en la facultad de Letras de la UNAM, presidente de la Academia Mexicana de la Lengua -donde ingresó en 1952-; desde 1973, gobernador del estado de Jalisco, subsecretario de la Presidencia de la República (1962-1964) y ministro de Educación desde este mismo año hasta 1970.Como escritor, su celebridad la alcanzó, sobre todo, con sus novelas, a pesar de que cultivó todos los géneros. Miembro, en un principio, del movimiento que se conoció como el de narradores de la revolución mexicana, su figura se encuadra entre la primera generación -la de Mariano Azuela o Martín Luis Guzmán- y la más actual que encabezan Juan Rulfo y Carlos Fuentes, aunque éste es más joven. Comenzó a sonar su nombre a una edad ya madura, pues su primer gran éxito fue en 1947, con su novela Al filo del agua, narración de tipo social y colectiva, que sigue siendo considerada como una de sus mejores obras. Su obra se acerca a los problemas sociales y políticos del México contemporáneo; tiene un acento épico y barroco, habiendo asumido las experiencias de la narrativa actual -Faulkner, por ejemplo-, manejando el idioma con un gran poder poético.

Otras novelas célebres de Yáñez son Pasión y convalecencia (1943), La creación (1959), La tierra pródiga (1962), Ojerosa y pintada, y, sobre todo, Las tierras flacas (1964), con la que, según la crítica, volvió a alcanzar el nivel de Al filo del agua. Al haber sido el ministro de Edu cación en el año 1968, cuando los movimientos de rebeldía de la universidad mexicana y los sucesos de la llamada noche de Tlatelolco, ello le perjudicó frente a las nuevas generaciones de lectores. También cuentan en su obra los libros de relatos: Flor de juegos antiguos, Melibea, Isolda y Alda en tierras cálidas, Trescuentos y El sentido de Asia; biografías de Fray Bartolomé de las Casas y Justo Sierra, y ensayos como Discursos de Jalisco y Conciencia de la revolución.