Joaquín Soler: "La narrativa erótica debe de ser detallista"

Declaraciones de un miembro del colectivo "Ofelia Dracs"

El premio de narrativa erótica La sonrisa vertical instituido por Editorial Tusquets y dotado con 500.000 pesetas, fue otorgado a Deu pometes te el pomer (Diez manzanitas tiene el manzano), una recopilación de cuentos firmado por Ofelia Dracs. Bajo este seudónimo se agrupan ocho escritores catalanes: Joaquín Carbo, Quim Monzo, Joaquín Soler, Jaume Cabré, Jaume Fuster, Joan Rende, Josep María Ylla y Xavier Roméu. Otros dos escritores preferían mantener el anonimato y escondían su identidad en los nombres de M. Moreu y S. E. Sin embargo, este diario ha podido saber que estos dos escritores no ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El premio de narrativa erótica La sonrisa vertical instituido por Editorial Tusquets y dotado con 500.000 pesetas, fue otorgado a Deu pometes te el pomer (Diez manzanitas tiene el manzano), una recopilación de cuentos firmado por Ofelia Dracs. Bajo este seudónimo se agrupan ocho escritores catalanes: Joaquín Carbo, Quim Monzo, Joaquín Soler, Jaume Cabré, Jaume Fuster, Joan Rende, Josep María Ylla y Xavier Roméu. Otros dos escritores preferían mantener el anonimato y escondían su identidad en los nombres de M. Moreu y S. E. Sin embargo, este diario ha podido saber que estos dos escritores no existen. M. Moréu y S. E. son, en realidad, Joaquín Soler y Quim Monzo, dos de los escritores del grupo que escribieron dos cuentos en lugar de uno solo.

«El título de la recopilación, Deu pomeles te el pomer, corresponde a una canción popular catalana», explica Joaquín Soler; «no podían ser ni ocho, ni seis, ni siete pometes. Quienes hemos escrito los cuentos habíamos colaborado con varios proyectos, entre ellos, en la redacción de la desaparecida revista humorística El Benegre. Queríamos incorporar dos mujeres en el grupo y hacer el cómputo de diez personas. Hablamos con María Antonia Oliver, pero nos manifestó que no le salía el cuento como ella quería; quisimos proponérselo a Carmen Riera, y no la encontramos. Ibamos con poco espacio de tiempo y, al final, dos de nosotros escribimos dos narraciones en lugar de una.»-Una recopilación de diez cuentos escritos por ocho personas debe comportar problemas y limitaciones. ¿Cuál ha sido la mecánica seguida para llegar a este resultado?

-Sólo hubo una limitación. Que los cuentos fueran muy eróticos. No teníamos experiencia en este tipo de narraciones y corríamos el peligro de que hiciéramos una cosa demasiado literaturizada. Cada cual hizo el cuento que quiso. El único que los ha leído todos soy yo, que coordinaba el trabajo. Yo los fotocopiaba y los pasaba a una sola máquina. Queríamos que no se notara que Ofelia Dracs eran varias personas.

Ofelia Dracs fue un pacto

-¿Por qué?-Ofelia Dracs fue fruto de un pacto. No creíamos que ganaríamos y queríamos mantener el anonimato. Conseguirnos una unidad de estilo, en el lenguaje y en la calidad literaria, tres cosas que fueron las que el jurado tuvo en cuenta. Todo esto lo atribuyo al hecho generacional. Sin ser colectivo estructurado, Ofelia Dracs tiene un conjunto de cosas en común, incluso un componente sociopolítico.

-¿Qué es Deu pomeles te el pomer?

-Los cuentos reflejan situaciones cotidianas. No son cuentos de casas de putas. Son, como digo, situaciones cotidianas, aunque estereotipadas. A excepción de uno, que transcurre en una batalla en la Edad Media, el resto transcurre en la actualidad. Están escritos en el lenguaje de la calle, el lenguaje que se habla en los barrios de Barcelona, en Gracia, en Sants, en la Barceloneta.

-Y este componente sociopolítico del que habla Joaquín Soler, ¿cómo se traduce en la obra?

-Nos hemos dado cuenta de que al hacer los cuentos nos salía la represión a que estuvimos sometidos en la infancia. Y nos salía a través del hecho humorístico. La narrativa erótica debe ser detallista, describir las situaciones eróticas minuciosamente para que impacte al lector. Pues bien, en un momento determinado encontrábamos una barrera que salvamos con un toque humorístico. Es una influencia que creo negativa. Por otra parte, uno de los cuentos se titula Senyera erótica. Se trata de una persona a quien la bandera catalana le produce excitación. Creernos que mucha gente, en Cataluña, polarizó su vida en torno a la lucha clandestina, en la resistencia...

-¿Existen antecedentes de narrativa erótica en la literatura catalana?

-En el Tiran lo blanc existen muchos fragmentos de un erotismo muy bien descrito. El mismo Fabra, según he sabido recientemente, hacía listas de sinónimos de los órganos sexuales. Llegó a encontrar un centenar de la palabra coño. Después de la «Renaixenca», el modernismo habría podido ser un campo abonado para la narrativa erótica, pero ello no fue así debido a que la burguesía derechista controló los medios que pudieron promocionarla. Si se escribió algo fue, como en el caso de Frederie Soler Pitarra, a escondidas, y con una desviación muy fuerte hacia el tema escatológico.

Futuro incierto

-¿Cuál es el futuro de Ofelia Dracs?-De momento, es un futuro incierto. Quizá lo empleemos para hacer una narrativa erótica. El premio nos hará plantear varias cosas. Quizá tenga que ampliarse el número de escritores. Nos tachan de machistas. Faltan, como he dicho, mujeres. De momento, nos sentimos satisfechos. Hemos hecho erotismo porque no nos dejaron hacerlo antes. El castellano invadió nuestra cultura y, como postulado tácito, hubo de hacerse la novela y la poesía esencial. Por esto, hoy, en Cataluña, no hay fotonovela, ni comics, ni cultura popular. ¿Pornografía? No, nosotros hacemos erotismo, que es la pornografía hecha calidad, la pornografía bien vestida, como dice Berlanga.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Archivado En