El espiscopado alemán respalda la decisión de Roma

El presidente de la Conferencia Episcopal Alemana y arzobispo de Colonia, cardenal Joseph Höffner, manifestó ayer, ante los periodistas, que «después de casi diez afios de análisis de la doctrina vertida en sus libros por el teólogo Hans Küng no ha habido más remedio que extraer consecuencias». Tanto él como el resto de los obispos alemanes asumen «inequívocamente» la decisión adoptada por la curia vaticana.Apenas conocida esta decisión, el obispo de Rottenburg, Goerg Moser, á cuya diócesis pertenece Tubinga, y el ministro de Ciencia del land de Baden-Wuerttenberg se apresuraron a dar c...

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El presidente de la Conferencia Episcopal Alemana y arzobispo de Colonia, cardenal Joseph Höffner, manifestó ayer, ante los periodistas, que «después de casi diez afios de análisis de la doctrina vertida en sus libros por el teólogo Hans Küng no ha habido más remedio que extraer consecuencias». Tanto él como el resto de los obispos alemanes asumen «inequívocamente» la decisión adoptada por la curia vaticana.Apenas conocida esta decisión, el obispo de Rottenburg, Goerg Moser, á cuya diócesis pertenece Tubinga, y el ministro de Ciencia del land de Baden-Wuerttenberg se apresuraron a dar curso a los correspondientes trámites por los que se privaba de su cátedra al teólogo afectado por la medida. No obstante, el Gobierno de Baden (democristiano) ha dicho que Hans Küng seguirá trabajando, lo que supone un claro desafío a la Iglesia.

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Por lo que respecta al obispo Georg Moser, presidente también de la comisión episcopal de medios de comunicación, un reciente artículo publicado en el semanario liberal Die Zeit lo calificaba como «el encargado de mantener a raya a los teólogos de la Universidad de Tubinga» (nueve de los cuales se solidarizaron ayer con su colega Küng).

El doctor Moser y el profesor Küng coincidieron el pasado-verano en un viaje a Pekín, durante el cual afloraron nuevas diferencias con ocasión de una conferencia pronunciada por el segundo en la Academia china de Ciencias Sociales, a la que asistieron altos dirigentes del PC chino. Sobre los puntos más controvertidos de la teología de Hans Küng, éste declaró en su hasta ahora última entrevista, publicada en el conservador Die Welt el pasado sábado, que en sus libros «se ha distanciado más que suficientemente de la doctrina de Arrio». Según el profesor, «los grandes concilios cristológicos de los siglos IV y V no se han limitado sin más a identificar a Jesús de Nazaret con Dios en forma humana. Contra tales errores extendidos todavía hoy», añade Küng, «los concilios no sólo afirmaron la verdadera humanidad de Jesús, sino también la diferencia que existe entre el Padre y el Hijo. Según las escrituras y los concilios, Jesús no es simplemente Dios, el Padre, sino el Hijo de Dios, la palabra de Dios, el vivo retrato de Dios».

Al aparecer su libro ¿Infalible? en Colonia, en 1970, el secretario general del Consejo Mundial de las Iglesias, Willem Vissert Hooft. comentó: «A medida que fui leyéndolo me pareció tener en las manos una bomba atómica. Si esta línea, pensé, fuese aceptada por el catolicismo carecería de sentido que continuase existiendo el protestantismo.»

Para ello suscitaron una polémica entre Küng y el dogmático más notable de los últimos años: el jesuita Karl Rahner. Sin embargo. Rahner terminó aceptando que básicamente y por necesidad todo dogma permanece abierto hacia adelante, para una más amplia interpretación.

El teólogo condenado ayer por Roma ha sido muy claro en sus declaraciones: no piensa cambiar de línea, intentará que la Iglesia modifique su decisión y, finalmente, se avergüenza de los métodos inquisitoriales empleados en el caso.

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